Argentina premiada con el "Oscar Verde" por proyecto de conservación de pecaríes en el Chaco
La conservacionista argentina Micaela Camino, investigadora del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) del CONICET y la Universidad Nacional de Nordeste (Conicet-UNNE), fue premiada por el proyecto 'Empoderando a las comunidades para que defiendan sus derechos humanos y conserven el Chaco Seco de Argentina'.
Se acaban de anunciar los ganadores del premio Whitley de conservación de la vida silvestre 2022, premio al que suele llamarse (cholulaje al fin) “el Oscar Ambiental” o “el Oscar Verde”.
Todos los años, el Fondo Whitley para la Naturaleza otorga premios Whitley a siete conservacionistas de la vida silvestre por sus soluciones pioneras a la crisis de la biodiversidad. Es uno de los premios de conservación más prestigiosos a nivel internacional, otorgado por la fundación británica Whitley Fund For Nature (WFN) a líderes conservacionistas de Asia, África y América Latina.
El premio de oro Whitley, valorado en 100.000 libras esterlinas (125.000 dólares), se entregará al Dr. Charudutt Mishra, experto mundial en leopardos de las nieves, por su innovador trabajo durante 25 años.
Los otros ganadores del premio recibirán 40.000 libras cada uno para acelerar su progreso en el terreno, en el esfuerzo por logros tan diversos como reducir la caza furtiva, restaurar el hábitat natural y recuperar poblaciones de animales y plantas esenciales para ecosistemas funcionales.
En medio de estos honores quedó nuestra compatriota Micaela Camino, premiada junto con su organización, Proyecto Quimilero por el proyecto: “Empoderando a las comunidades para que defiendan sus derechos humanos y conserven el Chaco Seco de Argentina”.
“Necesitamos actuar urgentemente desde la base. Ningún “greenwashing” (lavado verde) va a marcar la diferencia, necesitamos una acción real basada en un conocimiento real”, afirmó la premiada en conexión con este proyecto.
Camino tiene 39 años y es investigadora del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Universidad Nacional de Nordeste (Conicet-UNNE).
Forma parte de la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) que trabaja para empoderar a comunidades locales en la conservación del pecarí chaqueño y del Chaco argentino.
"Este un reconocimiento que nos llena de orgullo y alegría porque estamos trabajando desde hace mucho. No soy yo sola, es un grupo de gente con el que trabajamos horizontalmente y se llama Proyecto Quimilero", contó Camino, quien recibió el galardón en una ceremonia en Londres de manos de la princesa Ana, hija de la reina Isabel II.
La especialista sostuvo que con su grupo de trabajo investigan "biología de la conservación aplicada. Trabajamos siempre con la gente con una mirada de la conservación y con las comunidades integradas".
El foco del proyecto es el pecarí quimilero, una especie que solo existe en los bosques del Chaco seco, una región que se extiende por Argentina, Paraguay y Bolivia.
"El pecarí es una especie que representa un camino evolutivo único que está súper amenazado por el avance de la deforestación para producir industrialmente soja o pasturas para ganadería", lo que lleva a que esta especie esté en peligro de extinción grave, explicó.
Enfocarse en esta especie que necesita de los bosques para sobrevivir, sirve también de paraguas para poder trabajar en la conservación de toda la diversidad del bosque.
"Yo creo que las soluciones tienen que ser colectivas y tienen que incluir a todas, todos y todes y sobre todo cuando hablamos de conservación, tener en cuenta que muchos de los lugares o especies que nos fascinan y nos importan, tienen que ver con la vida de comunidades locales, que saben un montón y que hace siglos que están interactuando con estos sistemas y especies, y es importantes construir juntes las soluciones", prosiguió.
Camino nació y se crió en Buenos Aires, reside desde hace diez años en Chaco. Estudió Biología, realizó un doctorado en la Universidad de Buenos Aires y está iniciando la carrera de investigación del Conicet.
El Chaco Seco es el bosque seco subtropical más grande del mundo, pero enfrenta una de las tasas de deforestación más altas, con un 25 % de su superficie talada en apenas dos décadas. Es el hogar de los indígenas wichí y otras etnias que están siendo expulsados de sus tierras por la agricultura industrial, con implicancias adicionales para la vida silvestre que depende del bosque como el pecarí del Chaco, un animalito parecido a los cerdos, pero con un peinado 'punk'.