Caso Báez Sosa: una eventual perpetua para los rugbiers y el rol de la justicia
Los discursos mediáticos y legales giran en torno a una posible pena máxima para los ocho imputados por la muerte de Fernando Báez Sosa. Una especialista reflexionó acerca del rol de los medios de comunicación y otras alternativas al punitivismo penal.
Ayer finalizó la etapa de prueba del juicio por el asesinato por Fernando Báez Sosa, asesinado a manos de un grupo de jóvenes que lo atacaron a la salida de un boliche en enero de 2020. A tres años de su muerte, su familia protagonizó un acto conmemorativo y una misa para recordarlo.
Las expresiones de dolor por su muerte han tomado diversas formas en la sociedad. En algunos casos, profundizando discursos violentos. Acerca de esto se refirió Claudia Cesaroni, abogada e integrante del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC).
En diálogo con Es Por Acá en Radio Universidad, profundizó sobre el abordaje punitivito del sistema penal y las repercusiones del caso Báez Sosa.
“En enero de 2020, cuando sucedió el hecho, yo detallé qué significa en Argentina una condena a prisión perpetua. Ya que muchos colegas cuando hablan de que son 25 años y después hay libertad condicional, esto no es así en el caso de los homicidios calificados”, explicó a propósito de un pedido de la querella que apunta a la pena máxima para los ocho imputados.
“Debemos preguntarnos qué pasa si hay un absuelto. Hoy en Argentina, condenar a uno, dos, tres u ocho de estos jóvenes a perpetua implica 50 años de prisión sin libertad condicional, es estar muerto en vida. Mucha gente está de acuerdo con eso, yo no”, sostuvo la magister en Criminología.
Por otro lado, se refirió al rol que protagonizan los medios de comunicación en la cobertura del caso: “La manera en que se presenta este caso como si fuera el único caso de violencia es muy cuestionable. Sumado a esto, hay que considerar que según el Código Penal, este caso podría enmarcarse como muerte en riña o agresión”.
Profundizando sobre ello, retomó el caso de David Moreira en Rosario, provincia de Santa Fe. Que murió luego de un fallido intento de robo, en el que un grupo de personas lo atacaron hasta quitarle la vida.
“En ese caso, una sola persona reconoció haber tomado parte del acto y fue condenado a tres años. No estuvo un sólo día preso, a nadie le espantó ese hecho. No reprodujeron las imágenes de David siendo pateado porque había intentado robar”, afirmó la especialista.
“Las cárceles no son para castigar, son para que las personas se reinserten en la sociedad. Es un sujeto, que tengan posibilidades de trabajar, estudiar y transformarse”, expresó.
Sobre la posible pena para los ocho acusados, sostuvo: “Me da mucha pena ver cientos de personas con carteles que dicen si no hay perpetua no hay justicia, porque esa idea se ha construido a través del abogado Burlando y gran parte de los medios de comunicación. Y porque si no se da esa pena, lo que van a entender sus padres es que no hay justicia para su hijo".
Además, comentó acerca de la incitación a la violencia por parte de ciertos sectores de la sociedad, incluido canales de televisión, quienes hablan de posibles “represalias” en las cárceles y/o penales que alberguen a los eventuales condenados. “No podemos incitar a la violación, a que se les tire agua hirviendo, es apología al delito”, indicó.
Finalmente, reflexionó en torno a lo sucedido: “Entiendo que el dolor de los padres de Fernando es inconmensurable, pero lo que veo es que se quiere que la familia y los ocho imputados sufran tanto o más que Fernando. Y eso es inadmisible en un Estado de Derecho".