Femicidios y violencia de género: la realidad de las mujeres originarias en Argentina
En conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, la organización Mumalá presentó datos alarmantes sobre la violencia de género que afecta a las mujeres originarias en Argentina. Entre ellos se destaca que la edad promedio de las víctimas de comunidades originarias es de 21 años, en comparación con los 37 años del promedio general. Las cifras muestran un patrón de femicidios, violencia sexual y desapariciones que exigen atención urgente. estadisticas
En conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, que recuerda el trágico asesinato en 1782 de la heroína de la Independencia del Alto Perú, Bartolina Sisa, la organización Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) presentó datos sobre la violencia de género que afecta a las mujeres originarias en Argentina.
Victoria Aguirre, vocera nacional de Mumalá, destacó la importancia de la perspectiva interseccional para identificar los factores que profundizan y multiplican las discriminaciones, violencias y vulnerabilidades a las que se enfrentan las mujeres indígenas. En este contexto, la organización hizo un llamado urgente a la implementación de políticas de género que rompan las barreras discriminatorias en el acceso a la justicia y la aprobación de la declaración de Emergencia Nacional por Violencia de Género.
Femicidios de Mujeres Originarias: datos Reveladores
El Observatorio Mumalá registra casos de femicidios, femicidios vinculados y trans/travesticidios desde el primer movimiento #NiUnaMenos en 2015. Estos registros se llevan a cabo desde una perspectiva interseccional que considera factores como género, raza/etnia, discapacidad, clase social, situación de encierro y migración, entre otros.
Un aspecto preocupante es la edad de las víctimas, que es considerablemente más joven que el promedio general de femicidios. La edad promedio de las víctimas de comunidades originarias es de 21 años, en comparación con los 37 años del promedio general.
La modalidad más común utilizada para terminar con la vida de mujeres originarias es el uso de golpes, representando el 41% de los casos. En el informe general de femicidios, los golpes ocupan el tercer lugar, después de las armas blancas y las armas de fuego.
Además, se revela que en el 53% de estos femicidios está presente la violencia sexual, en comparación con el 5% en el conjunto total de casos relevados por el observatorio.
La desaparición de las víctimas es otro elemento alarmante. El 35% de las víctimas estuvieron desaparecidas en los casos específicos de femicidios en comunidades originarias, en contraste con el 14% en el registro general de femicidios.
En cuanto a los mecanismos utilizados para ocultar los crímenes, se observa que en un 41% de los casos de mujeres originarias, los femicidas utilizaron métodos como arrojar los cuerpos a basurales, descampados, campos, enterrarlos, sumergirlos en cemento u otros. En el registro general de femicidios, este porcentaje es significativamente menor, con un 12%.
Una estadística igualmente inquietante es que, mientras que el porcentaje de condenas en casos de femicidios en general es alto, los femicidas de mujeres pertenecientes a comunidades wichi, quom, guaraní, chicha y omagua warmikura solo fueron condenados en un 40% de los casos.