Fuertes declaraciones de Martín Guzmán tras el informe del FMI por la deuda
El organismo admitió que parte del préstamo a Macri se fugó y que el programa fracasó en sus objetivos.
El Fondo Monetario Internacional publicó su propia revisión del multimillonario crédito que le otorgó a Mauricio Macri en 2018, que incluyó críticas a la gestión anterior y la admisión indirecta de que parte de los casi u$s45.000 millones desembolsado financió la fuga de capitales. Sin embargo, este balance es un procedimiento de carácter más bien formal. En el Gobierno destacan el contenido del informe y lo consideran un paso necesario para avanzar de cara al acuerdo, aunque reconocen que difícilmente tenga un impacto significativo en la negociación en curso.
El directorio del organismo discutió este miércoles la llamada Evaluación Ex Post (EPE por su sigla en inglés) del programa Stand By por u$s57.000 millones, del cual se llegó a desembolsar u$s44.867 millones. La publicación incluye los comentarios de los técnicos del FMI, un apéndice sobre la reacción de las autoridades argentinas actuales al informe y las opiniones sobre el programa de 2018, más una síntesis del debate entre los directores, que representan las sillas de los distintos países.
La EPE incluye algunas críticas relevantes a la implementación del programa de parte del propio staff que, con otros integrantes a la cabeza, fue el que firmó el acuerdo con los funcionarios de Macri y el que debió monitorearlo. Las más salientes: reconoce que el anterior Gobierno debió reestructurar la deuda en moneda extranjera para reducir las grandes necesidades de financiamiento de corto plazo y que debió instaurar un control de capitales para evitar la salida de divisas del país.
“El programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas. El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio. A pesar de las intervenciones cambiarias más allá de las disposiciones del programa, el tipo de cambio siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres”, señala el reporte del organismo.
Y agrega: “En resumen, el informe concluye que el programa no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento económico. El programa salió de su curso en agosto de 2019 y la Junta Ejecutiva solo completó cuatro de las doce revisiones previstas. Las autoridades decidieron cancelar el acuerdo el 24 de julio de 2020”.
La lectura que hacen en los despachos oficiales es que, cuando el FMI dice que el Gobierno de Cambiemos debió poner un control de capitales, lo que hace es aceptar que parte del préstamo se fugó. Y cuando dice que debió reestructurar la deuda con los bonistas, admite que parte del préstamo se mal utilizó. De hecho, esos fueron los dos destinos que se les dio al crédito más grande en la historia del Fondo: según señaló Martín Guzmán, u$s21.000 millones fueron a los pagos de esos pasivos insostenibles y u$s24.000 millones financió la formación de activos externos, también conocida como fuga de capitales.
Este último punto debería comprometer al propio organismo ya que el Convenio Constitutivo del FMI, en su artículo VI, prohíbe expresamente usar sus desembolsos para “hacer frente a una salida considerable o continua de capital”. También señala que el FMI “podrá pedir al país miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin”, algo que no ocurrió. Sin embargo, este aspecto no está presente en la EPE, un informe que no suele marcar responsabilidades internas.
El Gobierno sí incluyó el pedido de que exista una revisión adecuada por parte del propio FMI sobre el cumplimiento o no del artículo VI de su estatuto. Según una fuente del equipo negociador oficial, esto sería más probable en el caso de que el organismo decida dar lugar a un tipo de auditoría más profunda del Stand By de 2018 a través de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI). La OEI, de hecho, debutó en 2004 con la revisión del programa que Fernando De La Rúa había firmado en plena crisis de 2001. Antes de la reunión del Board, al Palacio de Hacienda habían llegado mensajes de algunos directores del Fondo a favor de una participación de la OEI en el caso de 2018.
De cualquier forma, la misma fuente le dijo a este diario que es difícil que la vulneración del artículo VI sea contemplada para el programa de Facilidades Extendidas que pidió el Ejecutivo para refinanciar los u$s45.000 millones que tomó Macri. Si el directorio llegara a habilitar la intervención de la OEI, tardaría años en terminar su evaluación.
Lo que destacan en el Gobierno es que la EPE “es una condición precedente para el acuerdo; es importante porque es un mojón necesario”. También que el informe toma “una distancia enorme” con el programa acordado con Macri. Aunque, claro está, no recoge todos los puntos de discordia que hay en la negociación actual con el staff.
Otras “autocríticas” que, de alguna manera, aparecen en la EPE del programa de 2018 son: el reconocimiento de que el diagnóstico del gobierno de Cambiemos sobre la inflación era equivocado y que la inflación es un fenómeno multicausal, algo que ya había aparecido en las discusiones vigentes y que no obsta la exigencia de una política monetaria más estricta para los próximos años; la aceptación de que la coordinación de precios e ingresos habría ayudado a fijar expectativas en torno a una desaceleración de la inflación; y la admisión de que aquel Stand By fracasó en su objetivo de “restaurar la confianza de los mercados en Argentina” y devolver el acceso al crédito internacional.
Declaraciones de Guzmán
Luego de conocido el contenido del informe, el ministro de Economía Martín Guzmán realizó fuertes declaraciones.
En una entrevista televisiva, indicó que “el Fondo reconoció que la plata que se utilizó para pagar deuda era insostenible”, al tiempo que agregó: “Lo que quedó es el daño y ahora nosotros trabajamos para resolverlo”.
“Nos va a llevar no menos de una década resolver los problemas de la deuda de Juntos por el Cambio”, explicó el funcionario.
Asimismo, criticó a la administración Macri al evaluar que “cuando se gobierna para la economía financiera, esos daños duran en el tiempo”.
“Hipotecaron el futuro de nuestra gente”, recalcó Guzmán.
Fuente: Ámbito Financiero y Cba24N.