La noticia principal es claramente el índice del mes, la noticia más esperada por el gobierno y muchos analistas económicos, festejada como un triunfo por el presidente.

El 8,8% puede ser visto como una “desaceleración”, mirada que se funda, en el descenso del IPC por quinto mes consecutivo, después el pico de 25,5% de diciembre pasado, seguido de sucesivas bajas, 20,6% en enero, 13,2% en febrero y 11% en marzo.

Una buena parte de los analistas resaltarán (y el bolsillo de quienes tienen ingresos fijos, asalariados o informales) no dejarán de ver que en la serie de variación interanual, el resultado de este mes, muestra el valor más alto: 289,4%, lo que se mantendrá sin variaciones hasta que el índice del mes de 2024, sea más bajo que el de 2023. Si se mantuviese la tendencia actual, eso podría ocurrir en mayo o en junio. Pero, en Argentina, nunca se sabe

La serie anual muestra que la inflación, considerada en base interanual, sigue subiendo. Gráficas: INDEC

Hubo quienes ganaron… y mucho

Ahora bien, fuera de la mirada general, aparecen algunas sorpresas cuando se bucea en el detalle por sectores. Es que, saliendo de una gestión que “comprimió” algunos rubros y entrando en otra que “liberó” casi todo de golpe, es razonable que se registren fuertes variaciones.

La presentación habitual del gobierno ordena los items que componen el índice de precios al consumidor en una serie de jerarquías que terminan agrupándolos por “divisiones”. Y las divisiones representan áreas significativas de la canasta de productos que se presentan siempre en el mismo orden, así que no es fácil ver cuáles aumentan más y que tan grandes son las desviaciones respecto al promedio general del índice.

Estas son los valores de la inflación interanual ordenadas de mayor a menor, con el promedio, naturalmente cerca del centro y en rojo: 289,4%

Las divisiones ordenadas de mayor a menor muestran quienes aumentaron muy por encima y por debajo del promedio general. Cuadro: Elaboración propia en base a datos INDEC

Así ordenadas, es fácil ver cuáles fueron los sectores que aumentaron más o menos que el promedio sus precios. Y las diferencias son notables y tienen su explicación.

La Cenicienta de esta historia son las prendas de vestir y el calzado. Sin duda, son artículos que la gente elige dejar de comprar apenas aprieta el bolsillo. El 205% anual representa casi un tercio menos que el promedio general.

En el otro extremo de la “tabla”, está la división comunicaciones: el 369,1% indica que por cada 10 pesos que aumentaron sus precios el promedio de los sectores, las telefónicas aumentaron casi 13. Así funciona la desregulación del mercado. 

De hecho, otro sector con mucha diferencia es la división de Salud, a pesar de que el gobierno obligó a retrotraer aumentos marcaron una fuerte diferencia con su 340,1%.

Del mismo modo, quedaron rezagados colegios (que en diciembre sintieron la migración de la matrícula) y un sector muy estacionalizado como el turismo que, en medio de la temporada, tuvo que bajar los precios bruscamente después de comprobar que la facturación caía abruptamente.