El dato de inflación nacional de diciembre que el INDEC divulgará hoy viene con un condimento especial. Si resulta lo suficientemente bajo, gatillaría un importante cambio en la política cambiaria que viene implementando el Gobierno. 
Según anunció el propio Presidente, el ajuste del dólar oficial podría bajar del 2% al 1% mensual, en caso que se sostenga la desaceleración inflacionaria.

Los últimos dos meses la inflación se mantuvo abajo del 3%. En octubre llegó a 2,7% y en noviembre a 2,4%. Javier Milei prometió que de darse un tercer mes en estos niveles se avanzaría en una reducción del “crawling peg”, o sea la reducción gradual del ritmo de ajuste del dólar oficial, ubicada desde el inicio de su gestión en 2%.

Los economistas que tienen sus propios cálculos de inflación coinciden en que diciembre también dará abajo del 3%. Por supuesto, sin el valor exacto, el Gobierno no tomaría ninguna medida. En la práctica, pese a la promesa, Milei ha mostrado mucha cautela en el manejo de las variables que han demostrado ser críticas en el equilibrio macroenonómico. 

Se agrega que diciembre es un mes de estacionalidad alta, por lo que se espera un rebote respecto al valor de noviembre, que terminaría como el mes de menor inflación del 2024.

La inflación porteña ya dio señales del rebote, al arrojar 3,3% para diciembre. Los especialistas advierten sin embargo, que en diciembre hubo un fuerte salto de servicios -por encima del 4%- que tienen un peso menor en el cálculo del índice nacional que en CABA.

El objetivo

La reducción del ajuste del dólar oficial tiene como objetivo principal acelerar la disminución de la inflación. 

Inflación de diciembre: expectativa por un dato sin muchas sorpresas
Infografía: Infobae con datos INDEC

El razonamiento es que si el costo de acceder a los dólares de importación es menor, o aumenta más lentamente, esta “mejora” debería trasladarse en los precios al consumidor, algo válido tanto para bienes importados como para las empresas que utilizan insumos importados para su proceso productivo.

En contrapartida, cada vez son más las voces que cuestionan el atraso cambiario, empezando por el agro nacional que hasta aquí eligió no cuestionar el tipo de cambio sino, solamente, las retenciones. Disminuir el ritmo de devaluación oficial conspira directamente contra una mejora en el tipo de cambio al que operan todos los exportadores.

Por el atraso cambiario es como los países limítrofes se llenan de turistas argentinos: es más fácil comprar en el exterior; es más caro vender en el exterior.

Otros problemas

También hay otras variables que pueden conspirar para que el piso de 2% tarde más en ser perforado. 
Por ejemplo, entre otros precios artificialmente comprimidos, sigue pendiente un incremento en el boleto del transporte público en zona metropolitana. Y también hay más presión para que suban los combustibles, luego del aumento del costo del barril a nivel internacional, ya cerca de los 80 dólares.

Al agravamiento del atraso cambiario (dólar oficial) se suma el peligro de que aumente la brecha cambiaria (oficial vs. blue o paralelo), como sucedió en los últimos días.