La semana de Milei: de ExpoAgro y su colegio Secundario a las fake news
El Presidente tuvo jornadas arduas en los últimos días. Con emociones diversas, trató de “héroes” a productores rurales, se desubicó con chistes en el Cardenal Copello y debió pedir disculpas.
Fue esta semana que el propio Javier Milei se definió como “un animal de redes sociales”. Por esta vía, por caso, debió pedirle disculpas a su antecesor, Alberto Fernández, porque “me comí una fake news”.
Ya es conocida la medición que realiza un programador respecto al tiempo y la actividad que le dedica el presidente argentino a X, propiedad de Elon Musk.
Fueron movidas las jornadas que marcaron la semana del mandatario. Así, pasó por ExpoAgro para recibir a los “héroes” que presenciaban su charla: productores de un sector que le aporta la mayor cantidad de dólares a la Nación.
A su estilo, no tuvo pudor en insultar de ida y de vuelta, posiblemente con cierta libertad por tener a su lado a José Luis Espert, que hizo del insulto buena parte de una personalidad que lo llevó a presidir la Comisión de Presupuesto en Diputados pese a integrar un bloque unipersonal.
“Los orcos son delincuentes”, sentenció para generalizar allí a ‘el kirchnerismo’, pero “los otros (por los gobernadores) son ladrones de guante blanco que se creen señores”. Al criticar a Gerardo Morales, no dudó en afirmar que lo habían considerado “cornudo”.
En el medio, se conoció una singular detención por amenazarlo vía redes sociales.
En San Nicolás paseó por lugares que lo dejan cómodo, como “los curros de la política”, “la casta” y los negociados.
En el medio, cuando hablaba de la Quinta de Olivos llegó a referir que “en la gestión anterior se almorzaba y cenaba con champagne Cristal”, cuyo costo, por botella, se ubica por encima de los 1.500 dólares.
Luego, cuando descubrió que Alberto Fernández era “abstemio” le pidió disculpas en las redes.
Decidió, también, pasar el miércoles por el colegio Cardenal Copello, donde completó sus estudios secundarios.
Bien temprano, brindó un discurso con, al menos, el foco desviado. “Hay un chiste pero no lo puedo contar… porque el burro tiene más éxito por insistidor, que por lo otro”. Intentando entrar en confianza, les recomendó a jóvenes y adolescentes entredormidos que “lean las dos bibliotecas” respecto a “la dictadura cívico militar”.
Reiteró que su ídolo era Ubaldo Fillol y al a tarde el “Pato” envió un mensaje en defensa a la Agencia Télam que el Presidente quiere cerrar. Allí trabaja Sebastián, el hijo del arquero campeón del mundo en 1978.
Mostró cierta preocupación cuando se desmayó el primer chico, presuntamente con escaso descanso tras el “Último Primer Día”. Allí pidió por “el médico nuestro”, pero se ocupó de decir que “siempre que hablo de los comunistas, las cosas no salen bien”. Cuando ocurrió, llamativamente, el segundo hecho, prometió “no hablar más de los zurditos”.
“Sepan que para mí el aborto es un homicidio”, lanzó, para agregar que “lo puedo comprobar”.
Más relajado, en redes sociales desmintió que la Maestra Teresa (quien en las inmediaciones a la escuela había osado pedirle que subas las jubilaciones) le haya dado clases, luego de que en ese mismo Twitter se descubriera que “dio clases en 4to. B” y el mandatario iba a cuarto “A”.
Después de hacer lo que casi es un trámite de gestión, brindó una entrevista a La Nación Más emitida el jueves por la noche.
Más calmo, habló de su proyecto económico y reiteró que “el Manchester City está dispuesto a comprar un club grande de Argentina” pero no se puede cumplir porque la posibilidad de las Sociedades Anónimas Deportivas “está parada”.
Siguiendo el guión, intentó “tirarles la pelota” a Diputados y Senadores en medio de la polémica por el aumento de la dieta que habían firmado Martín Menem y Victoria Villarruel.
Adujo que “la inflación se va a derribar como un piano” y ya lanzó la promesa de un detalle mensual de un dígito.
“Deje las redes un ratito y dedíquese a Gobernar” se leyó el viernes. El autor de la frase era Esteban Lamothe. Adjuntaba una foto suya mostrando su nombre escrito en su palma izquierda, abierta. Vía Instagram, Milei había hecho trascender una trucada con la inscripción “Basta Milei”, que el Presidente aprovechó para cuestionar, una vez más, al arte y la cultura nacional.
Otra fake news, en definitiva.