Perito informático que colaboraba con la Unidad Especial para la investigación del atentado a la AMIA, Diego Lagomarsino pasó a ser reconocido poco después de aquel 18 de enero de 2015.

Como colaborador y persona cercana a Alberto Nisman, fue quien le entregó, a pedido del fiscal, el arma que se disparó para matarlo.

Este sábado, una década después del hecho, dialogó en el programa Lo peor ya pasó, que se emite los sábados de 9 a 12 por las radios de los Servicios de Radio y Televisión (SRT).

“Me la pasé escuchando mentiras diez años”, lanzó, sosteniendo la versión de su inocencia y el suicidio, como hizo en los últimos 10 años. 

Por tal cuestión, adujo que “me afectó muchísimo que desde el día cero se diga lo que se dice”. Se mostró, así, visiblemente enojado con “las versiones oficiales”, que sin disimulo trascienden desde los principales medios de comunicación y varios sectores políticos.

Pero confía, a su vez, en que “la verdad será conocida y revelada con el paso del tiempo”.

Aduce, en tal sentido, que los argumentos para hablar de un homicidio no se pueden sostener: “Vos le podés vender Nisman a quien quieras a la sociedad… pero la gente no es tonta".

Y agregó: “Hay medios de comunicación que quieren justicia, o respetan lo que diga la justicia, pero siempre que les convenga a determinados actores”.

Hablando de la causa, donde permanece imputado, pidió “que llamen a los peritos de Gendarmería, que hicieron el análisis para la Corte Suprema”, y que “declaren bajo juramento qué vieron esa primera vez”, porque “desde 2017 no lo llaman a declarar, y lo que tienen es muy importante”.