Libreros y editores rechazan la derogación de la Ley del Libro
La normativa es modelo para la región. Establece un precio único de venta al público en todo el país. A un sector con precios al consumidor altos, se suma la incertidumbre que plantea la posición de mercado que tienen las grandes plataformas.
El Gobierno nacional envió al Congreso el proyecto de ley ómnibus que, entre centenares de reformas, plantea la derogación de la Ley del Libro.
La todavía vigente ley (25.542, conocida como Ley de Defensa de la Actividad Librera) establece el precio único de venta al público (PVP) para las publicaciones editoriales, lo que permite encontrar el mismo ejemplar a igual precio en la provincia de Salta, en la ciudad de Buenos Aires o Ushuaia.
La derogación de tal instrumento impactará directamente en todo el circuito de la industria editorial. Se prevé que afecte mayormente a pequeñas librerías y editoriales independientes, actores que van siempre por detrás de las grandes plataformas de franquicias, como por ejemplo Yenny, que podrían ver un mejoramiento de su posición relativa en el mercado.
El artículo 60 del proyecto ómnibus, capítulo I, dentro del título III "Reorganización económica" deroga la Ley Nacional 25.542 que establece que los editores deben fijar el precio de venta de los libros que publican y que eso debe respetarse en todos los puntos de venta del país.
"En el marco de esta ley no solamente han surgido infinidad de editoriales que aportan a la bibliodiversidad y convierten a la Argentina en un modelo de habla hispana, sino que además se profesionalizó la logística y se gestó la FED, entre tantas otras cosas. En el marco de esta ley la industria del libro pudo crecer no solamente a nivel interno sino también a nivel externo", fue lo que le dijo a la agencia de noticias Télam Cecilia Fanti, que además de ser escritora es dueña de una librería en la ciudad de Buenos Aires.
En el sector hay unanimidad respecto a que la ley protege la competencia entre librerías en la medida que garantiza calidad en la atención al público y evita que las cadenas puedan ofrecer distintos descuentos o dar golpes de marketing en detrimento de los pequeños locales.
Las principales críticas con respecto a la modificación hace foco en la falsa idea de que si se deja sin efecto el PVP el promedio de los precios en las bateas bajará.
El caso de Amazon en los Estados Unidos ayuda a anticipar qué podría suceder con un mercado ya distorsionado como el del libro. Amazon compró gran cantidad de stock y bajó los precios al público, así logró monopolizar la cuota de mercado mayoritaria. Después de la conquista del mercado, los precios subieron.
Un caso diametralmente distinto es el de México, que al igual que la Argentina tiene ley de precio único y un entramado interesante de librerías y editoriales independientes.
Alemania, Corea del Sur, Italia, Japón y Noruega también promueven con políticas de Estado el libro como bien cultural fundamental y tienen mercados editoriales desarrollados y accesibles.
Una de las primeras voces en pronunciarse fue la de Blatt y Ríos, sello independiente. "Milei manda proyecto en el que deroga la Ley de PVP de libros. La Ley 25.542. Con estos las grandes superficies, supermercados, cadenas, van a atentar contra las librerías independientes y contra todo el sector. Y el primero que diga lo contrario es un ignorante”, postearon los editores en X.
La Fundación El Libro, institución integrada por la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, la Sociedad Argentina de Escritores; la Cámara de Librerías, Papeleras y Afines, la Federación Argentina de la Industria Gráfica y el Sector español de Libros y Revistas, difundió un comunicado en el que "manifiesta su total y absoluto rechazo a los proyectos de derogaciones de leyes fundamentales para el funcionamiento del valioso y admirado sistema cultural argentino”.