El presidente Javier Milei realizará su cuarto viaje a Estados Unidos desde que fue electo presidente.

Si bien esta vez tampoco será para ser recibido por el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, esta es una gira en la que volará a Los Ángeles, para participar del Foro del Instituto Milken, que nuclea a empresarios, banqueros, CEOs y principales fondos de inversión.

Por primera vez hace uso del ARG-01, el avión presidencial adquirido durante la gestión de Alberto Fernández, que Milei se negó a usar, con el argumento de la "austeridad", hasta que su alineamiento con Israel forzó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a recomendar que deje de usar vuelos comerciales.

Cabe recordar que la ex dirigente usó el mismo consejo para su otrora jefe político, Mauricio Macri, cuando también ocupaba el despacho más importante de la cartera de Seguridad.

Milei llega a Los Ángeles para intentar conseguir las inversiones que aún no llegan al país para impulsar la economía, de acuerdo a las promesas de jefe de Estado en la cena de la Fundación Libertad.

El evento se desarrollará entre el 5 y 8 de mayo, y tendrá al mandatario entre sus principales oradores. La delegación presidencial que lo secundará está conformada por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el ministro de Economía, Luis Caputo; la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; y el embajador designado en Estados Unidos, Gerardo Werthein.

Y se espera que durante su exposición, Milei retome los conceptos expuestos en el Foro de Davos, la Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC) y los lineamientos establecidos en la Universidad Internacional de Florida (FIU).

El jefe de Estado hablará este lunes ante empresarios y banqueros, entre los que estará la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. Luego, se reunirá con Elon Musk y el titular de la FIFA, Gianni Infantino.

Foto: gentileza Los Andes

Los gastos de los viajes presidenciales

Según publica Los Andes, informaron desde el mercado aeronáutico, el viaje presidencial tendría un costo de 550 mil dólares. Entre los gastos, se contempla el combustible, “handler” (servicios en los aeropuertos), las escalas, los viáticos del personal de la Secretaría General y el estacionamiento.

En términos económicos, es un servicio más costoso que lo que demandaría el alquiler de un avión privado, que costaría alrededor de 180 mil dólares y con capacidad de transportar a un reducido grupo que acompañaría al Presidente.

Este será el primer viaje que el primer mandatario realiza utilizando la aeronave comprada por el Gobierno anterior.

Sin embargo, el ARG-01, tiene capacidad para transportar a 39 pasajeros. Junto al mandatario viajaron su hermana Karina, Nicolás Posse, Luis “Toto” Caputo y personal de ceremonial, custodia y de la Unidad Médica Presidencial.

Aun así, este viaje demuestra que la idea inicial de “vender” la flota de Tangos o traspasar su mantenimiento y gestión a la Fuerza Aérea quedó olvidada por el Gobierno. Por lo menos, hasta que se contemple como medida mayor la seguridad del primer mandatario.

Sobre la flota, todo indica que la misma quedará bajo la supervisión de la Secretaría General de la Presidencia, que ha venido robusteciendo su estructura en los últimos meses. Si bien en lo formal se encuentra bajo el paraguas de Casa Militar, en lo operativo talla la Dirección General de Logística

Este viaje a Estados Unidos será relámpago, como el que realizó para participar de la CPAC y conseguir una foto en bambalinas con el candidato presidencial republicano Donald Trump.

Aquel viaje, le salió al Estado argentino 37.965.241 millones de pesos, según un pedido de información pública Pagina 12 al mencionar la solicitud hecha por el medio LetraP.

El nuevo Boeing 757-256 se mantuvo sin volar desde la asunción de Milei, quien llegó a la Casa Rosada con el discurso "anti casta", pero no ahorró en viajes para construir su figura global de presidente de ultraderecha.

Luego de su tercer viaje a Estados Unidos, para recibir el reconocimiento de "Embajador Internacional de la Luz" por parte de la organización judía ultraortodoxa  Jabad Lubavitch, sacarse una foto con Elon Musk y hablar en la Universidad de Florida, la ministra de Seguridad y la Casa Militar recomendaron que el presidente deje de viajar en vuelos comerciales.

Aquella gira de Milei terminó de forma abrupta, cuando suspendió su viaje a Dinamarca para recibir los viejos aviones F-16 que le compró a Dinarmarca —tras un acuerdo con Estados Unidos— por la decisión de apoyar expresamente a Israel tras un ataque de Irán, e incorporar al país en un escenario inédito de guerra. "No hay plata, pero hay que cuidar al Presidente", fue la frase de Bullrich para cambiar el cambio de planes sobre los vuelos del Jefe de Estado.

Bullrich no precisó los gastos en vuelos comerciales, hoteles de lujo y viajes a Estados Unidos que significaron dos visitas a los ultraortodoxos y fotos con Clinton, Trump y Musk. Pero en la Casa Blanca sólo fue recibido en su primer viaje de noviembre pasado, cuando aún no había asumido, por consejero de Seguridad nacional, Jack Sullivan.

El Presidente si hizo gala de su "austeridad" y dijo que, en su primer viaje a Suiza, con motivos del Foro de Davos, planteó que el haber elegido un vuelo comercial permitió "ahorrar unos 392.000" dólares, lo que permitió "cuidar el mango hasta en los detalles más pequeños". Algo que no coincide con el gasto exorbitante que realizó luego para conseguir la foto con Trump. Ni tampoco trascendió el costo de su larga y reciente gira por Miami y Texas.