La Universidad de las Madres se creó el 6 de abril de 2000, cuando las Madres abrieron su Universidad Popular, que en noviembre de 2014 se convirtió en Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo. En diciembre de 2023 la ley la transformó a su forma actual: la UNMa.

En febrero de este año, a través de una resolución ministerial, la Ministra Pettobello decidió “revisar la creación” y el inicio de actividades académicas de cinco universidades nacionales. Se trata de las universidades del Delta, Pilar, Ezeiza, Río Tercero y Madres de Plaza de Mayo.

Decía la resolución que resultaba “necesaria la adopción de medidas tendientes a revisar el inicio de actividades académicas de las Casas de Altos Estudios antes mencionadas". Un eufemismo para poner en revisión con una Resolución Ministerial, leyes sancionadas por el Congreso Nacional.El proceso ha tenido diferente suerte, dependiendo de negociaciones, idas y vueltas. Es el caso de la Universidad Nacional de Río Tercero que formó parte de la negociación de la Ley Bases.

En el caso particular de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMA), a los condimentos generales se suma una resolución nueva que pretende designar un nuevo rector cuando las UNMA tiene sus autoridades constituidas desde que una asamblea designo por unanimidad a su actual rectora. Se trata de una intervención disfrazada que desconoce la autonomía universitaria y está teñida por una disputa política en el propio seno de la UNMA.

Dos Asambleas

El 6 de diciembre de 2023, a 4 días de que asumieran las nuevas autoridades nacionales, en la que se impusieron María Elena Patzer y Jacobo Grossman, que designaron como secretario administrativo de esa gestión a Luis Eduardo Maurizzio, la misma persona que ahora Pettovello designa como interventor. Es notable que el iterventor desconozca el proceso normalizador siendo que fue designado por autoridades de ese proceso.

El 5 de marzo de este año, se realizó una nueva asamblea en la que resultó elegida en forma unánime Cristina Caamaño rectora de la Universidad, que es lo que luego de la primera elección reclamaron las Madres, siguiendo un mandato que había expresado Hebe de Bonafini antes de su fallecimiento.

Desde entonces, la universidad atraviesa las dificultades propias de ejercer su objetivo pedagógico sin ningún tipo de recursos: el gobierno se niega a girar los fondos que le corresponden para su normal funcionamiento desde el primero de enero, por lo que su plantel docente y el cuerpo de trabajadores no docentes no perciben su salario desde entonces.

La intervención

Según la resolución ministerial (EX-2024-74633284), la intervención implica desplazar a la actual rectora Cristina Caamaño y ubica en su lugar a Eduardo Luis Maurizzio. 

Si bien el interventor tiene antecedentes como secretario administrativo de la UNMA (cargo que ocupó en el año 2021 y en el que volvió a ser designado en diciembre de 2023), carece de credenciales docentes y formación en Derechos Humanos. Es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad J.F. Kennedy. 

El texto de la resolución es muy escueto, limitándose a la designación de Maurizzio y estableciendo que “el gasto que demande la implementación de la presente medida será atendido con la partida específica del crédito que determine la SECRETARÍA DE EDUCACIÓN hasta la inclusión de la UNIVERSIDAD NACIONAL MADRES DE PLAZA DE MAYO en la Ley de Presupuesto”.

Esto último no deja de llamar la atención porque lo cierto es que la UNMA tiene partidas incluidas en el Presupuesto Nacional que superan los 500 millones de pesos. El gobierno nacional avanza aquí un paso más respecto a las restricciones que impone al resto de las universidades; aquí directamente desconoce las disposiciones presupuestarias. 

La respuesta de las Madres

En 2017, durante el gobierno de Macri, se vivió una situación similar. 
En aquella oportunidad los titulares de los ministerios de Justicia y de Educación, Germán Garavano y Esteba Bullrich, respectivamente, firmaron la resolución que desplazaba al entonces rector organizador, Germán Ibañez y designaban al exinterventor del Inadi y juez contravencional, Javier Alejandro Buján. 
Por esos días, la comunidad académica y los estudiantes tomaron pacíficamente la sede de la institución.

Ahora, el comunicado de Madres afirma que detendrán la intervención de la universidad porque "el ejemplo de nuestros hijos nos guía y su lucha nos llevó a crearla".

X de Prensa Madres


La comunicación que está en la red “X” y en la web de las las Madres comunica que “el gobierno fascista, negacionista, reivindicador de la dictadura genocida, dispuso la ilegal intervención de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo”.
También advierten que “resistiremos esta acción fraudulenta e ilegítima junto a toda la comunidad de nuestra universidad”

La respuesta de la comunidad

Desde ADUNMA, la Asociación Docente de la UNMA, confirmaron a CBA24n que frente a las dificultades de funcionamiento generada por la negación de la asignación presupuestaria correspondiente “venimos intentando por diversos medios tener diálogo con el Ministerio de Capital Humano”. 

Pero al mismo tiempo, como hay una negativa cerrada de parte de las autoridades ministeriales a dialogar: “tanto la gestión de la universidad como los sindicatos docente y no docente, recurrimos a la justicia con una batería de acciones que esperamos que reconozcan la legitimidad del reclamo, que reconozcan el derecho de los trabajadores a percibir su salario y el derecho de los estudiantes a continuar estudiando en la institución que eligieron”.

Lo cierto es que tan pronto se conoció el decreto de intervención comenzaron a llegar muestras de solidaridad y compromiso que preanuncian lo que sin duda será una dura batalla.

Desde ADUNMA señalan que “este nuevo ataque que estamos viviendo hay que ponerlo en línea con el desprecio que el gobierno tiene por los derechos humanos, con el vaciamiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, con las visitas a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad. Quieren destruir a nuestra universidad porque es un símbolo de la lucha y el compromiso social del movimiento de derechos humanos argentino”.