Violencia estética en Argentina: el "mandato" es la extrema delgadez y voluptuosidad
La propia actriz manifestó tiempo atrás que se sometió a cirugías "para buscar seguridad en el exterior". Esto se identifica como "violencia estética" que afecta principalmente a mujeres y niñas. El mensaje se replica todo el día en redes, el trabajo, la televisión, la familia, identificó Gabriela Bard Wigdor, doctora en estudios de género de la UNC.
Silvina Luna, la actriz y modelo, falleció este jueves tras estar 3 meses internada y con respirador artificial por consecuencias de la mala praxis del cirujano plástico Aníbal Lotocki, ha generado el debate sobre el derecho de decidir sobre el propio cuerpo y a la vez el peso de los estereotipos.
La noticia de su muerte conmovió a toda la opinión pública, generando indignación por la mala praxis médica y un análisis más profundo sobre los estereotipos que fueron los determinantes para hacerse esos procedimientos, según la propia Silvina.
Ver: Silvina Luna está internada en terapia intensiva y con respirador
“Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba… Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior”, expresó en una entrevista la propia Silvina.
“Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba… Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior”, expresó en una entrevista la propia Silvina.
"El caso no guarda relación sólo con la mala praxis, ni un problema individual o que afectó a varias famosas, ni a la situación de regularidad del sector, es un problema social que tiene muchas causas y es plurifactorial", dice Gabriela Bard Wigdor, doctora en estudios de género, investigadora del CONICET y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, en diálogo con este medio.
La especialista asegura que el gran motivo es la violencia estética. Esta afecta principalmente a las mujeres y tiene que ver con el sexismo, el odio a envejecer de esta sociedad, el racismo y el “gordo-odio”.
La especialista asegura que el gran motivo es la violencia estética. Esta afecta principalmente a las mujeres y tiene que ver con el sexismo, el odio a envejecer de esta sociedad, el racismo y el “gordo-odio”.
Esta violencia que se replica desde hace décadas, afortunadamente y tras acciones que involucran a activistas y profesionales de la salud, psicología y sociólogos, entre otros, poco a poco se está logrando “identificar”.
Sin embargo sigue ahí y las mujeres siguen exigidas. “La expresión del género o la feminidad, pasa por estar delgadas, jóvenes, ser blancas y delicadas”, sostiene Bard Wigdor. También las niñas son afectadas.
Este mensaje se replica a lo largo del día, a través de diferentes dispositivos como redes sociales, televisión, radio, imágenes que hay en la calle, los discursos de los compañeros, de la familia, siempre están cargados de esa exigencia de permanecer y parecer “bellas” según un estereotipo occidental.
"En Argentina, se expresa como la extrema delgadez a la que se someten los cuerpos feminizados y al mismo tiempo la exigencia de ser voluptuosas en algunas partes del cuerpo. Esto lleva necesariamente a hacerse cirugía estética", argumenta la docente de la Casa de Trejo.
"En Argentina, se expresa como la extrema delgadez a la que se someten los cuerpos feminizados y al mismo tiempo la exigencia de ser voluptuosas en algunas partes del cuerpo. Esto lleva necesariamente a hacerse cirugía estética", argumenta la docente de la Casa de Trejo.
La redes sociales y el estándar de lo “perfecto”:
Aquí los estereotipos son expresamente visualizados y retroalimentados. Por ejemplo, los filtros de Instagram que buscan "disimular y hasta transformar” la imagen es uno de los elementos que reflejan las debilidades de la sociedad ante esta “violencia estética”.
“Influencers” de cuerpos delgados, el mensaje de la supuesta “felicidad” que tiene el otro, fotos y videos “haciendo ejercicio” en este culto a esa fisionomía hegemónica, tutoriales de ejercicios de “cómo tener más glúteos" “panza chata”, dan cuenta de lo que se impone y cómo se traducen estos mensajes a los usuarios.
¿Por qué camino vamos?
Frente a esta situación no alcanza con un discurso sobre "dejar de escuchar a quienes nos violentan o intentar amarse, en este mensaje del ´amor propio´”, subraya Bard Wigdor.
“Porque por más amor propio que uno tenga si cuando se sale a la calle te tratan mal por tu imagen corporal, si te hacen chistes y comentarios, si opinan sobre tu cuerpo o como te vestís o cómo sos, difícilmente alcance con que una quiera quererse”, detalla.
La especialista concluye el trabajo en conjunto que debe realizar la sociedad entera para evolucionar.
"Se necesita tener un entorno saludable, que construyamos discursos saludables entorno a que la belleza es relativa, a que nadie debe opinar sobre el cuerpo de los demás y dejar de reproducir discursos patriarcales sobre el cuerpo de las mujeres desde los espacios de poder".
"Se necesita tener un entorno saludable, que construyamos discursos saludables entorno a que la belleza es relativa, a que nadie debe opinar sobre el cuerpo de los demás y dejar de reproducir discursos patriarcales sobre el cuerpo de las mujeres desde los espacios de poder".