Después de más de cinco meses de planificación y siete de utilización parcial, finalmente en junio el equipo de ingenieros de la central nuclear de Atucha II ingresará al edificio donde se encuentra el reactor más grande del país para intentar repáralo y ponerlo en funcionamiento al cien por ciento un mes después.

Los especialistas realizarán jornadas de trabajo de 24 horas que requerirán mucha precisión para reparar el reactor que se encuentra 14 metros bajo tierra, en un ambiente radioactivo.

Atucha II, una de las tres centrales nucleares del país, junto con la de Embalse y Atucha I, dejó de operar de manera completa en octubre por un problema en su reactor.

“Es una reparación compleja para un desperfecto mecánico sencillo”, indicó José Luis Antúnez, presidente de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal que administra las centrales nucleares en diálogo con ambito.com.

Lo que ocurrió el año pasado, fue el desprendimiento de uno de los cuatro soportes que tiene el reactor nuclear. Por lo que el arreglo implica removerlo, y soldar los otros tres restantes.

Atucha II: en julio volvería a operar la central nuclear más grande del país. Fotografía: ambito.com
Atucha II: en julio volvería a operar la central nuclear más grande del país. Fotografía: ambito.com

Desde la empresa aclararon que la falla mecánica “no implica riesgos para la seguridad de las personas o el ambiente”, y que en cambio lo que provocaba era que la central tuviera que funcionar con una menor intensidad.

La opción elegida por el equipo de Nucleoeléctrica que implica menores costos y menores plazos consiste en no tener que desarmar todo el reactor. Sino que desarrollaron con una pyme bonaerense una herramienta para realizar el corte del soporte desplazado y poder sacarlo por la tapa del reactor. La complejidad radica en que el soporte desprendido se encuentra a 14 metros de profundidad dentro del reactor. El corte por electroerosión (bajo el agua), como el método de soldadura bajo presión, se realizó con proveedores locales.

Actualmente, lo que está ocurriendo en Atucha II es probar cómo serán esas 24 horas de procedimiento cuando ingresen al edifico donde está el reactor. Por lo que en el edificio de turbinas se encuentra lo que llaman un “mock up”, un tanque azul de varios metros de altura, donde con una grúa, robots, pinzas y cámaras recrean con un modelo a escala real las condiciones de cómo será el procedimiento de reparación, se prueban las herramientas y se entrena al personal. El mock up había sido utilizado en 1988 cuando se reparó Atucha I.

El último paso es el que se dará en junio: durante 24 horas, equipos conformados por unas ocho personas (ingenieros y técnicos), ingresarán con trajes especiales para proceder a hacer la reparación dentro del reactor, una vez que la autoridad regulatoria nuclear apruebe las maniobras.

Fuente: ambito.com / Florencia Barragán