En la producción de automóviles, la madera a veces ha reemplazado al acero. Uno piensa en particular en las grandes camionetas americanas llamadas Woody que lucen laterales deportivos y puertas traseras en madera maciza. En las décadas de 1930 a 1950, y particularmente cuando el metal escaseaba durante y poco después de la Segunda Guerra Mundial, este tipo de automóvil estaba de moda al otro lado del Atlántico. 

Héctor Morales, de 64 años, su diseñador y propietario que vive en Tucuman, reemplazó cada pieza de la carrocería con madera por la belleza del gesto y también porque se había desafiado a sí mismo para hacerlo. A bordo, el mobiliario también es de este material. En total  fueron necesarios 300 kilos de madera, 80 kg de cola y 12.000 tornillos para fabricar este singular Renault 4.

Esta última no es una escultura estática, sino que rueda por las calles de Tucumán, ciudad del norte argentino. Los vecinos de Héctor pudieron seguir paso a paso el avance de la obra, mientras él armaba pacientemente su auto en la vereda frente a su casa. Ahora quiere desprenderse de su 4L arbolado para donarlo a una institución que lo guarde y exhiba. Héctor ya ha abordado un nuevo proyecto, todavía en madera,  pero probablemente en otro formato ya que este vehículo se utilizará para viajar por Europa.