Un equipo de investigadores del Conicet del Instituto de Antropología de Córdoba, confirmó que los restos de un adulto masculino hallados en la localidad de Amboy, en el departamento Calamuchita, corresponden a una persona que vivió hace 4.400 años en esa zona de la provincia.

El primer hallazgo fue realizado de manera accidental por un grupo de vecinos que encontraron los restos enterrados junto a un ajuar compuesto por un hacha de piedra, un collar de caracoles alrededor del cuello, un colgante lítico y una mano de moler (conana).

Artefactos malacológicos y líticos hallados. Fotografías: Sandra Gordillo y Mariana Fabra
Artefactos malacológicos y líticos hallados. Fotografías: Sandra Gordillo y Mariana Fabra

De acuerdo a lo publicado por el organismo, se trata de “la evidencia más antigua de un ajuar funerario correspondiente a los pueblos cazadores-recolectores que habitaron lo que hoy es la región central de la República Argentina”. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Latin American Antiquity.

El estudio determinó, “a partir del análisis de ADN mitocondrial de un elemento dentario, conocer el linaje materno del individuo hallado". En esa dirección, la publicación destaca que “esta persona presenta variantes genéticas exclusivas que no se han encontrado hasta el momento en otros individuos antiguos ni en poblaciones contemporáneas, lo que se interpreta como propio de un linaje que podría haberse originado localmente en el centro de Argentina, y que se habría extinguido posteriormente”.

Sandra Gordillo, una de las investigadoras que llevó adelante el estudio junto a Mariana Fabbra, Fernando Colombo, Rodrigo Nores y Gisela Sario, señaló que el hallazgo puede “aportar elementos” en torno a las identidades sociales, las diferencias entre las personas y el surgimiento de la complejidad social en estas sociedades del Holoceno tardío en las sierras de Córdoba.

Agregó además que “el collar estaba conformado por más de veinte cuentas grandes hechas a partir del caracol gigante terrestre Megalobulimus lorentzianus"  y aparece como un elemento identitario de la región para ese período, a inicios del Holoceno tardío, ya que en momentos posteriores se diversifican los diseños y contextos de uso".

De acuerdo a los científicos y científicas que participaron de la investigación, “el hallazgo del hacha en una tumba de más de cuatro mil años de antigüedad lleva a pensar que estos objetos se usaron varios milenios antes de lo presupuesto, probablemente para obtener leña y procesar madera, o incluso en forma de arma”

Por otra parte, los elementos del ajuar encontrados junto a los restos de la persona, marcan algo más que las funciones que tenían para los habitantes de la región. “Adquieren un rol simbólico que reproduce las diferencias de roles sociales entre un individuo y otros miembros de la comunidad, al materializar las relaciones entre los objetos y las personas”, resaltan los investigadores.