Damnificado de Alta Gracia: "Frenar la sangría de los que creen que recuperarán algo"
Entrevistado en "Ponete Al Día", el informativo de la primera mañana de las radios de los SRT, uno de los afectados contó todos los detalles de la estafa, del impacto sobre los afectados y los pormenores de la evolución del fenómeno hasta la clausura de la cuentas.
Javier Martínez, periodista, es uno de los estafados en la localidad de Alta Gracia. Fue entrevistado este martes por la mañana en Ponete Al Día, el informativo de la primera mañana en AM 580 Universidad y en FM 102.3 Más que Música, las radios de los SRT de la Universidad Nacional de Córdoba.
Lo primero que advirtió Martínez es que había que ser muy cuidadoso con la comunicación del tema porque todavía “hay muchas personas con expectativas de recuperar sus ingresos y han puesto una supuesta fecha límite (el 17 de octubre) por lo que hay mucha gente pagando los 88 dólares que exigen para el rescate del capital”.
Agregó que aunque “esto ya decantó como una estafa, hay más de 20,000 personas que pagaron los 88 dólares” lo que se constató a través de especialistas que estaban haciendo el seguimiento de las cuentas vinculadas.
La modalidad
Consultado sobre su propia experiencia, el periodista contó que “yo tomé conocimiento a través de un conocido que había una especie de 'fundación'; ellos se denominaban ‘organización económica internacional’, con 'tecnología block chain y gente capacitada' que trabajaban en una organización con fines benéficos”.
En particular, Martínez explicó que se trataba de “una inversión en la que, por supuesto, obtenías una ganancia, pero que después generaba una contribución a la sociedad”. De hecho, “los que ingresábamos en Alta Gracia, firmábamos un contrato en el que todos debíamos aportar un 5% mensual con fines de beneficencia. Que de echo se realizaban; lo que no sabíamos era que la institución no existía; el consorcio, Knight Consortium, era una plataforma fantasma”.
El rendimiento ofrecido era un 40% mensual, o sea que “si invertías $ 100.000, a fin de mes recibías $ 140.000”.
“Pasada una hora impactaba en tu billetera virtual la ganancia del día. Esto funcionaba como el principal motor, a partir de la ambición individual, pero con un impacto muy fuerte en el los conocidos y referentes, que en entornos comunitarios tuvo por eso su mayor impacto” continuó el relato.
Lo primero que le llamó la atención al periodista fueron la web y la plataforma: "ya te dabas cuenta de que eran muy sospechosas, el ‘equipo’ en el plano internacional es encabezado por un tal ‘Zhang Guofu’, que sería el fundador, pero la foto que lo ilustra es una foto que se puede rastrear hasta un sitio que ofrece imágenes, es una foto de stock".
Destacó Martínez un detalle significativo: “a pesar de que se decía que los sitios de los estafadores habían sido bloqueados por la justicia, están activos y la gente sigue entrando”, cosa que verificamos en esta redacción.
También el damnificado advirtió contra la suposición de que se trata de localidades aisladas: “Esto no es San Pedro, no es Alta Gracia, es Argentina. Se filtró desde esferas del exterior, aprovechando las situaciones de necesidad y la cuestión del individualismo existente”.
El caso particular
Consultado sobre su propia experiencia Martínez contó: “Yo simplemente puse la inversión inicial, de 88 dólares, para ver. Todas las noches por un grupo de telegram (yo no estaba en el grupo, me reenviaban los mensajes), entre las 9 y las 10 de la noche, llegaba la señal de una usuaria llamada ‘Ali’ o ‘La China’, del momento en que había que comprar las ‘monedas’, que pasada una media hora vendías a un valor que ellos determinaban y pasado un tiempo se acreditaba en tu cuenta una ganancia”.
“La China” era la persona que estaba en contacto con los administradores de los grupos, el de las distintas localidades de Argentina (San Pedro, Alta Gracia, etc.)
Toda la comunicación se daba por la aplicación de mensajería Telegram salvo por un evento realizado en Buenos Aires al que “La China” no pudo asistir, porque, siendo la experta en trading de criptomonedas, no tenía tiempo para viajar.
“Yo no recuperé el dinero. Mi objetivo era ver cómo funcionaba el sistema y puse el dinero en Julio; había además una ruleta en dónde podías tirar una chance y recibí dos veces el premio, una vez al principio y otra vez cuando ya había intentado el retiro, pero cuando todo estalló, se bloquearon los accesos. Hasta ese momento, cuando consultabas con referentes y conocidos, te decían todos que no había problemas para sacar y operar con el dinero, pero evidentemente lo que le daban a unos, era lo que le sacaban a otros”.
Independientemente del origen de la plataforma y de los sitios en dónde actuaban, estas personas ejecutaron intermediación financiera indebida: "eso esta claro y la justicia tendrá que investigar en este caso. Yo no es algo que haya resuelto todavía (la denuncia), pero lo más importante es frenar la sangría de gente poniendo plata con la suposición de que podrán retirar algo.
Ayer mismo estos administradores de grupos continuaban instando a que la gente ponga ese dinero argumentando que era parte del servicio, de la letra chica, cuando ya está más que sabido que es muy difícil que recuperen ese dinero.
Contó Martínez que “hay gente que vendió autos, gente que habría puesto hasta 15 mil dólares, hubo gente que actuó sin medir las consecuencias”.
"El aprendizaje que nos tiene que quedar es entender cuál es el origen de esa ganancia, qué es lo que estamos obteniendo a partir de qué” fue su reflexión final.