El cardenal Ángel Rossi, recientemente designado Arzobispo de Córdoba, pidió a la dirigencia política “poner a la persona en el centro de la política y de las políticas”, y no al mercado, en lo que puede interpretarse como una “bajada” del discurso político del Papa Francisco y un cuestionamiento al sesgo político que parece adoptar el grueso de la dirigencia

El arzobispo construyó el escenario desde donde dar este mensaje: convocó a 80 dirigentes, referentes y autoridades políticas provinciales y municipales a reflexionar en torno al “valor de la política como vocación, servicio, diálogo y esperanza”; un encuentro que se desarrolló en el Colegio Gabriel Taborín, del que también participaron referentes territoriales de la Arquidiócesis de Córdoba.

Y en primera fila sentó ni más ni menos que al gobernador Martín Llaryora y lo flanqueó con los, al menos por ahora, más notables jefes opositores: Luis Juez (PRO) y Rodrigo de Loredo (UCR).

El mensaje

Basándose en la encíclica Fratelli Tutti (“Todos somos hermanos”) del papa Francisco, Rossi dijo: “Hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común; es necesario y urgente poner a la persona, a las personas concretas en el centro de la política y de las políticas. No deben ser las ideologías, ni los intereses particulares, ni el mercado, ni nada de eso lo primero que debe contemplar la política: primero es el bien de las personas”.

Lo cierto es que en un panorama cordobés, en que todos estos dirigentes de primer orden buscan cobijo a la sombra del presidente Milei, la crítica de la iglesia no puede sino leerse como un tiro indirecto, de alcance nacional.
Rossi no es un crítico explícito de Milei, pero este mensaje es señal clara de la preocupación que hay por la profundidad de la crisis social generada en estos primeros meses de gestión.

El cardenal también afirmó: “Se puede mostrar empatía sin que eso suponga debilidad. Se puede negociar con claridad y sin agresividad. Se puede trabajar con compasión a la vez que con tenacidad. Se puede ser fuerte y amable. Quizás el desafío sea el volver a poner a las personas en el centro de las políticas, y creer que la popularidad y el liderazgo aún pueden basarse en virtudes, que aún hay referentes compasivos y que, quizás, aún hay también esperanza y compromiso en el oficio político. No nos conformemos con menos”.

“Nos hemos acostumbrado a los esfuerzos dirigidos más a la costumbre de descalificar rápidamente al adversario, aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar una síntesis superadora”, dijo Rossi al hacer propios conceptos vertidos por Bergoglio.

En el encuentro, además de los mencionados referentes, estuvieron presentes, entre otros, el intendente Daniel Passerini, los ministros provinciales Liliana Montero, Natalia Quiñonez, Paulo Cassinerio, Juan Pablo Quinteros y Claudia Martínez; el jefe de Policía, Leonardo Gutiérrez; la senadora Carmen Álvarez; los diputados nacionales Oscar Agost Carreño, Gabriel Bornoroni, Juan Fernando Brügge, Soledad Carrizo, Gabriela Estévez, María Cecilia Ibáñez, Luis Picat, y Laura Rodríguez Machado; y los legisladores provinciales Daniel Juez, Miguel Siciliano, Juan Pablo Peirone.