El clásico terminó en empate este sábado.

Con alternativas varias, Belgrano y Talleres sellaron un 2-2 con muchos sabores.

Pero cuando el cruce futbolero más esperado en tierras cordobesas se moría, se produjeron un par de sucesos que involucraron más factores.

Por caso, la demora en el cierre. El despliegue de fuegos artificiales desplegado dentro de las tribunas del “Julio César Villagra” fue el motivo.

Durante varios minutos, la visibilidad se disminuyó. Pero también algunos artefactos terminaron en las áreas de Guido Herrera y Nahuel Losada. Unas líneas de fuego se extendieron.

Según se supo avanzada la noche, hubo cuatro personas heridas por las bengalas y en el “Pirata” no descartan posibles sanciones de AFA.

A su vez, cuando se pudieron jugar los últimos cinco minutos, con la pelota rodando poco pasó. Eso sí, el árbitro Fernando Rapallini debió intervenir ante tumultos del final.

Según se pudo observar, tanto Marcos Portillo por Talleres, con Juan Barinaga por Belgrano, vieron la tarjeta roja.