Entre las balas y la impunidad: los tres cordobeses que murieron por la represión del 2001
Hace 20 años, 39 personas fueron asesinadas por la represión estatal. Sergio Miguel Ferreira, David Ernesto Moreno y Sergio Pedernera fueron las víctimas de aquellos días oscuros.
Hace 20 años, 39 personas fueron asesinadas por la represión estatal. Sergio Miguel Ferreira, David Ernesto Moreno y Sergio Pedernera fueron las víctimas de aquellos días oscuros.
La crisis del 2001 marcó un antes y un después en la historia Argentina. El hambre, el ajuste y la corrupción conformaron un cóctel que terminó en saqueos, represión y en la pérdida de la confianza en las instituciones públicas.
Entre el 19 y 20 de diciembre de 2001 se produjo el estallido social que culminó con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.
Durante la noche del 19 de diciembre, el Gobierno Nacional declaró el estado de sitio. Las garantías constitucionales se suspendieron y al grito "¡que se vayan todos!" miles de personas salieron a las calles a protestar.
Treinta y nueve personas murieron debido a la represión ejercida por las fuerzas policiales y los gobiernos provinciales y nacionales.
En Córdoba, se registraron tres víctimas, todos jóvenes: Sergio Miguel Ferreira (20), David Ernesto Moreno (13) y Sergio Pedernera (16).
David murió tras recibir un disparo policial en la nuca en barrio Argüello. Dieciseis años más tarde, sus padres lograron encontrar un poco de paz cuando el asesino de su hijo, el oficial Hugo Cánovas Badra, fue condenado a 12 años y 8 meses por homicidio simple.
A Sergio Ferreira y Sergio Pedernera la represión los mató un año más tarde. Ferreira había recibido una bala en el hígado y murió en 2002 debido a una complicación hepática. Pedernera tuvo un destino similar. Había recibido una bala del tórax que lo dejó parapléjico y le dañó varios órganos. También murió en el año 2002.
En ambos casos, sus muertes quedaron impunes.
David Ernesto Moreno
David tenía 13 años.El 20 de diciembre, el joven salió de su vivienda de barrio Argüello a jugar con un amigo.
Cerca de su casa, vecinos se habían concentrado en un supermercado ubicado en sobre la calle Piedra Labrada en barrio Villa 9 de Junio solicitando bolsones de comida. Quizás por curiosidad, el niño se acercó a la zona para ver qué ocurría.
En medio del caos, la Policía comenzó a reprimir, algunos con balas de plomo. Testigos afirmaron haber escuchado por parte de los uniformados: "¡Disparen! Caiga quien caiga".
David, asustado, huyó del lugar en dirección a su hogar. Sin embargo, recibió un tiro fatal en la nuca. Murió horas después en un dispensario de Argüello.
La autopsia determinó que el niño recibió 5 disparos por la espalda con balas de plomo y goma.
En 2017 condenaron al policía Hugo Cánovas Badra a 12 años y ocho meses de prisión por homicidio simple. Las pericias determinaron que él le disparó a David. Recién, en 2019, la condena quedó firme.
Los policías Daniela Adán y Laura Freire también habían sido imputados pero en sus casos por falso testimonio. Fueron absueltos.
Hasta el día de hoy, Cánovas Badra señala que es inocente y que otros policías fueron los responsables de su muerte.
Sergio Miguel Ferreira
El 20 de diciembre de 2001, Sergio salió de su hogar de Villa El Libertador para ver qué ocurría en la calle. A las 14 horas, el joven de 19 años se paró en el Pasaje 17 y Cosquín y vio cómo sus vecinos corrían ante el avance represivo policial después de un saqueo de un supermercado.
Sergio pasó de ser testigo a víctima de la represión. En un instante, sintió una herida en el vientre. Le habían disparado.
El joven fue internado en el Hospital de Urgencias. Los trabajadores lograron salvarle la vida deteniendo la hemorragia.
Sin embargo, durante el 2002, la salud de Sergio se fue deteriorando. Su humilde familia, compuesta por sus padres y 8 hermanos, vio cómo Sergio tenía cada vez más problemas de salud. Finalmente, a fines de 2002, Sergio falleció en su hogar. Las causas médicas fueron “complicaciones hepáticas” causadas por el disparo recibido un año atrás.
Su muerte quedó impune. Nunca se pudo determinar al responsable material de su muerte o responsabilidades.
Sergio Pedernera
Sergio era vecino del otro Sergio. El joven de 16 años fue la tercer víctima fatal del estallido social del 19 y 20 de diciembre.
Pedernera estaba manifestándose en el barrio cuando una bala le impactó el tórax. Al igual que al otro Sergio, el joven sufrió las secuelas de la herida hasta su muerte un año después, el 26 de diciembre de 2002.
Según contó La Voz en la noticia sobre su muerte, Sergio quedó parepléjico y con complicaciones en el hígado. La bala nunca pudo ser extraída de su cuerpo.
El joven vivía en Costa Canal junto a su padre, trabajador de Cliba, su madre y tres hermanos.
Su asesinato también quedó impune.