Fuga de científicos: el biólogo cordobés que, desfinanciado, emigró a España
Pablo Manavella conducía un equipo de investigación pero se fue del país por la falta de recursos. Afirma que muchos colegas siguen su camino.
El programa “Raíces” para volver a atraer a científicos al país tiene, por estos tiempos, su efecto inverso. Es que no son pocos los investigadores que habían regresado a través de este plan oficial, pero que la situación actual casi los obliga a regresar al país.
La falta de inversión en Ciencia y Tecnología dispuesta por la administración de Javier Milei es un gran condicionante.
Uno de estos casos es el de Pablo Manavella. Nacido en Justiniano Posse, se licenció en Bioquímica en la Universidad Nacional de Córdoba, se doctoró en Santa Fe e hizo un posdoctorado en Alemania antes de retornar.
“En 2014 se creó un instituto nuevo en Santa Fe (de Agrobiotecnología, en la Universidad Nacional del Litoral) y me convocaron para dirigir un grupo de investigación. Así que decidimos volver con mi familia”, narró desde Málaga.
Adujo que en esta última década recibió “muchas ofertas para volver a trabajar a Europa”, que fue rechazando, pero “la última tentación fue incorporarme al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, el homólogo al Conicet, y aceptamos”.
Las aristas que lo llevaron a la decisión pasaron desde “lo económico personal y laboral” hasta “la logística familiar”.
Entrevistado por el programa Mirá Quien Habla, de FM 102.3 y radio Universidad, remarcó que “mis hijos son chiquitos todavía, acá estaban superinteresados, y dijimos vamos a darle una oportunidad”.
Al respecto, fue tajante al remarcar: “Somos muchos a los que nos encanta hacer ciencia. Y cuando uno se siente ahogado, por duro que sea, se decide explorar otros horizontes… sabiendo también que después será difícil volver otra vez”.
La realidad argentina actual se tornó insostenible para sus actividades. Y lo dejó reflejado al sentenciar que “hoy la ciencia está peor que nunca, porque no hay financiación alguna”.
Y agregó: “Se nos hacía imposible llevar adelante las líneas de investigación y mantener el nivel internacional al que estábamos acostumbrados y apuntábamos. Acá los subsidios están congelados y los que están, tampoco se entregan”.
Ahora, afronta un “período de transición” con su equipo de trabajo, ya que algunos investigadores y estudiantes “se quedaron en el país”, pero a sabiendas de que “al ser investigador para España, si se genera una patente o propiedad intelectual, queda para el CSIC”.
Desde “el error de creer que la ciencia es un gasto”, pasando por la “inversión de riesgo” por no saber si los recursos dispuestos tendrán resultados “palpables” hasta “la pérdida de soberanía de no generar los conocimientos y descubrimientos que te hagan crecer”.
Luego concluyó: “Al mismo instituto en el que estoy acaba de llegar otro investigador argentino. Sé de muchos que decidieron no volver también. En estos procesos de desfinanciamiento lo primero que se va a perder son los becarios, después hay procesos de transición que son más largos. Pero esa generación de investigadores Seniors va a emigrar también. Muchos ya me llamaron”.