Fuga del violador serial: los detalles tragicómicos de lo ocurrido en el hospital Córdoba
A Emilio Zacarías Bustos le faltan dos dedos de la mano derecha, en la cual los agentes del Servicio Penitenciario le pusieron las esposas. Gracias a su problema, el abusador se fugó tranquilamente y no puede ser imputado por ello. Qué les pasó a los guardias.
Luego de la fuga del hospital Córdoba y posterior captura del violador serial Emilio Zacarías Bustos, condenado en el año 2011 a 21 años de prisión, se conocieron algunos detalles tragicómicos de lo que fue su evasión.
Debido a que el presidiario necesita ser dializado por un problema de salud, fue trasladado en la tarde del lunes desde el Servicio Penitenciario a dicho centro de salud. Allí lo sentaron en la silla de hemodiálisis y le pusieron una esposa en la muñeca de izquierda. Posteriormente lo canalizaron y le pusieron el catéter en el brazo derecho. Lo que no notaron los guardias de seguridad es que a Bustos le faltan dos dedos en la mano derecha y, según se informó, achicó la mano y así se liberó del grillete, ya que no fue prescintado.
El dato es que Zacarías Bustos quedó libre y salió de la sala de hemodiálisis sin ser detenido por nadie, es decir, los guardias del servicio penitenciario que tenían que estar afuera de la sala vigilándolo, no estaban.
Ver: Recapturaron a un peligroso preso que escapó del Hospital Córdoba
De acuerdo a lo indicado, el abusador se fue por la por la playa de estacionamiento y quien se dio cuenta de la fuga fue la médica de la sala de diálisis, cuando notó que le faltaba un paciente y vio que estaba la esposa arriba de la silla.
Cabe recordar que Bustos fue recapturado a las 17 en la casa de un familiar en barrio de Avellaneda, luego de que una persona no identificada llamara al 911 para denunciar la evasión.
Por lo tanto, el violador, que ayer se fue del hospital Córdoba sin golpear ni herir a nadie, ni rompiendo nada, no puede ser imputado por esta fuga.
No obstante, quienes sí fueron imputados por el hecho son los dos guardias del Servicio Penitenciario, a quienes el fiscal Andrés Godoy les endilgó el delito de “favorecimiento a la evasión culposa”, que según el Código Penal, tiene una multa de entre $1.000 y $15.000 -totalmente desactualizada por la gran inflación-.
Cuando la fiscalía gire al Servicio Penitenciario las imputaciones, los dos guardias van a tener complicaciones administrativas: podrían ser pasados a situación pasiva o suspendidos.
Quien en esta ocasión la sacó “gratis”, fue nada más ni nada menos que el evadido.
Escuchá el informe completo de Jorge Vasalo