La historia de Xiomara, una niña albergada en la Casa Ronald McDonald
Graciela Barrio, abuela paterna de Xiomara Valentina Pérez Seguel, celebró los quince años del establecimiento solidario. “La Casa Ronald es amor, lucha, compañía y apoyo”, expresó.
Graciela Barrio es abuela de Xioamara Pérez Seguel, una niña que estuvo dos años internada por un cuadro severo de intestino corto. Son oriundas de Coronel Moldes y la agradecen a la Casa Ronald por recibirlas.
El establecimiento cumple 15 años y nos comparte una de sus historias. Graciela ingresó a la casa en febrero de 2022 y al mes su nieta fue dada de alta. “Nos cambió la vida a ambas. Poder estar juntas y con otras comodidades, al tiempo que poder continuar con todo su tratamiento”, valoró la abuela de 48 años.
"Cuando Valen nació, los médicos nos informaron que había nacido con sus intestinos para afuera, que corría serio peligro de vida y que había que operarla de urgencia. No garantizaban que pudiera sobrevivir a la cirugía. De acá salimos las dos, siempre dije”.
Los primeros días estuvo en terapia y los partes médicos eran poco alentadores. Luego de un par de meses, y dado lo complejo del cuadro, se la derivó al Hospital de Niños de la Santísima Trinidad.
Valentina fue sometida a una cirugía y cambio de catéter bastante importante. Estuvo 48 horas en terapia, con pronóstico reservado. Luego de estar en cuidados intermedios, a los tres meses pasó a Sala Común.
El alta de Valentina
“Pude, realmente, estar más tranquila y descansar cuando a Valentina le dieron el alta para venir a Casa Ronald luego de estar casi dos años internada”, valoró Graciela.
Valentina dormía conectada a una nutrición parenteral y de estar casi conectadas todos los días, se llegó a conectarla tan solo tres veces por semana, lo cual es un avance muy grande para su cuadro clínico.
“Siento que todo es una gran responsabilidad para mí y que de ello depende la calidad de vida de mi nieta. Lo hago con mucho gusto y alegría”, expresó la mujer.
La experiencia de estar 416 noches en la Casa Ronald
“Es muy difícil definir a la Casa con una sola palabra. Pero para mi fue todo. Es mi segunda casa. Acá mi nieta y yo recibimos ayuda, comprensión, compañía, un techo donde poder estar y transitar toda esta parte del tratamiento de Xiomi, cerquita del hospital”, dijo Graciela.
Y señaló: “La Casa Ronald es amor, es aire fresco, es lucha, compañía y apoyo”.