La laguna La Brava se secó y es sólo un recuerdo
Ubicada entre La Carlota y Canals, su espejo de agua era de 100 hectáreas.
La sequía sigue haciendo estragos en el país y en el sur cordobés la situación no solo se evidencia en la afectación de los cultivos, cursos de agua, sino más grave aún es la situación de lagunas que quedaron totalmente sin agua.
Es el caso de la Laguna La Brava, ubicada a unos 20 kilómetros al este de La Carlota y a 5 kilómetros del Paraje Olmos, que hoy muestra un panorama desolador. El fondo del cauce del río puede ser caminado sin dificultad, ya que se secó por completo.
Solo un hilo de agua corre por debajo del puente carretero que atravesaba este gran espejo de agua y que cuando el cauce crecía los rieles eran tocados por la masa líquida. Esta laguna abarca unas 100 hectáreas en un sector rural que se encuentra entre La Carlota y Canals, y es en el Departamento Unión donde ocupa más terreno.
Pero es el Paraje Olmos (Juárez Celman) que, habitados por pocas familias, se encuentra a tan solo mil metros del que era un espejo de agua con una rica fauna ictícola, de aves y flora que han desaparecido por completo. Igual situación se observa en otras lagunas encadenadas, ubicadas en el Departamento Unión y que están a continuación de La Brava.
“Desde hace 29 años que vivimos en este lugar nunca vimos que la laguna se seque de esta manera. Desde hace dos meses vemos que aparecían peces muertos en las orillas. Ahora ya no queda nada, de nada”, asegura Andrea Pedraza, una tambera que vive en Paraje Olmos y que llevaba sus animales a pastar y tomar agua al lugar. “Desde hace más de un mes y medio que no largo las vacas, porque ahora se empantanan y mueren ahí. No hay forma de sacarlas”, dice la mujer, quien se lamenta al observar el triste paisaje de la laguna totalmente seca.
Este espejo de agua tiene sus propias vertientes, pero también llegaban hasta allí los excesos hídricos de La Carlota, de la zona de Viamonte y hasta del río Quinto. Hoy nada de ello ocurre, solo un hilito del último cauce llega pero casi a cuenta gotas.
Los pejerreyes, carpas y moncholos que eran parte de su fauna ictícola ya no existen. “La gente de La Carlota y de toda la zona venía en bici o moto por las vías y desde el puente carretero que cruza la laguna pescaban”, recuerdan los vecinos.
“La gente venía y sacaba buenos ejemplares y podía llevarlos para alimentarse. Ahora no queda nada”, se lamentaron. Según señalan, el nivel del agua allí llegaba a medio metro de la estructura de hierro. Hoy todas las bases del puente carretero están al descubierto y el fondo del cauce muestra el cuarteado de la tierra y unas pocas malezas que apenas asoman.
Al secarse la laguna y los canales que la alimentaban quedaron al descubierto restos de vehículos, tanques de GNC y distintos elementos que fueron desechados en el lugar. También una larga fila de postes que no se sabe su procedencia y que nadie tampoco sabía de su existencia en el lecho. “Todo aparece ahora, porque no hay nada de agua. Es una gran tristeza”, comentó a Puntal un productor. El hombre recordó que en algunas ocasiones cruzaban por la laguna para llegar a otras zonas y el nivel del agua alcanzaba la altura del recado del caballo.
“Nunca en estos 29 años vi algo así. Por el 2000 hubo una sequía, pero no tan grande como esta. Para que vuelva a aparecer la laguna tiene que llover y mucho, no solo acá, sino en toda la zona. Primero se tienen que llenar los canales que desaguan acá y que las vertientes vuelvan a surgir”, señaló el vecino de Olmos.
En las últimas semanas los registros pluviométricos en esta zona fueron de tan solo 25 milímetros.
“Fue como una regadita, no alcanza ni para mojar la tierra. Acá el problema es grave. Se secan las lagunas. No hay pastos para los animales y la producción de leche bajó mucho”, dijo preocupada Andrea. Y agrega que por la gran mortandad de peces en el lugar hay un olor nauseabundo, sumado a la putrefacción de otros animales que ven destruido su hábitat natural.
“En los rincones hay amontonados pescados muertos”, reafirma la vecina de Olmos. Solo debajo del puente ferroviario, se observa un poco de agua estancada, pero que los conocedores del sector asumen que en pocos días también desaparecerá.
Fuente: El Puntal.