La pequeña Suiza cordobesa donde la paz y los campos de lavanda enamoran al visitante
En un rincón del Valle de Calamuchita se encuentra una pequeña localidad que cautiva a quienes la visitan, a tal punto que muchos de ellos se mudan allí para disfrutar cotidianamente de sus bellezas naturales y su tranquilidad. Conocé la historia de Marcelo, un porteño que dejó todo y se radicó en este pueblo.
Ubicada en el medio del Valle de Calamuchita, Villa Berna es un pequeño pueblo de montaña que atrapa al visitante por sus increíbles paisajes naturales y la tranquilidad del lugar. Los pinares, sus campos de lavanda y el sonido del agua al correr en el río enamoran a quienes desean pasar unos días allí.
Sólo 112 kilómetros separan a esta villa soñada de Córdoba capital, que se encuentra muy cerca de La Cumbrecita.
Este tesoro -afortunadamente- aún no se masificó, y sólo se puede ver algunas construcciones de madera colgadas de las montañas. Los caminos todavía son de ripio y las iguanas, chuñas y liebres andan a la vera de los senderos que se internan en bosques de robles, arces y abedules.
El microclima de Villa Berna hace que los inviernos cubran de nieve los árboles y que el aire fresco inunde los días de verano. En la estación estival los ríos Del Medio y Los Reartes son un oasis para bañarse y disfrutar del agua cristalina.
Villa Berna tiene varias localidades a poca distancia, por lo que es fácil llegar a ellas en bici, para disfrutar de lleno de la naturaleza que se expresa allí en toda su magnitud.
Los Reartes o Athos Pampa son lugares dignos de ser visitados en este sector del maravilloso Valle de Calamuchita.
Además de ciclismo, en este lugar se pueden hacer cabalgatas, caminatas e introducirse en estos paisajes de cuento.
También se pueden visitar bodegas, hacer degustaciones de platos típicos y recorrer los bellísimos campos de lavanda que se cultivan en la zona.
Cómo llegar a Villa Berna
Desde la ciudad de Córdoba son 112 kilómetros. Se puede llegar por la RP 5 o la RP 109. Para tener en cuenta: si se va desde Villa General Belgrano hay que optar por dos caminos de ripio: uno de 23 kilómetros, que va por Los Reartes, o uno de 30, que va por Athos Pampa.
Dónde hospedarse: si bien la oferta es limitada, se pueden encontrar cabañas para dos, tres y cuatro personas totalmente equipadas con asador y desayuno incluido.
Un porteño que decidió dejar todo y mudarse a Villa Berna
Marcelo Hernando visitó distintos destinos turísticos de Córdoba durante diez años. Pero cuando llegó a esta pequeña localidad del Valle de Calamuchita se enamoró y decidió mudarse con su pareja a este lugar de ensueño.
Según contó al programa Girando por mi Provincia, de Radio Universidad, dejó la ajetreada vida de la ciudad, donde trabajaba en un banco, para establecerse en este rincón y encontrar lo que tanto había buscado comprando, inútilmente, cosas materiales: la felicidad.
“Pude comprar un terrenito hace 10 años, después me hice me hice una casa y bueno siempre con la idea de en algún momento venirnos a vivir” a Villa Berna, relató.
En diálogo con Ivana Freitag y Cristian Parra, Marcelo contó que “después de cuando comenzó la pandemia me pude venir con con mi mujer para acá, ya con mis chicos grandes, que se quedaron en Buenos Aires”, sostuvo, y contó que al principio hacía teletrabajo, pero posteriormente su sueño fue construir “una hostelería o algo digamos para ofrecer a los turistas”.
Luego de estar viviendo dos años, “decidí renunciar a mi trabajo y me hice una una cabañita y también descubrí la lavanda: tengo un pequeño campo de lavandas”, relató, subrayando “lo increíble de poder tener esa capacidad de adaptación, no? De de haber trabajado 30 años en el microcentro en Buenos Aires, en un escritorio a esto a atender una cabaña, a plantar mil y pico de lavandas”.
“Cuando llega mediados de diciembre o enero y empiezan a salir todas esas espigas color lila y y se llena todo el campo de ese color y también hay muchas abejas dando vueltas, es hermoso para mí y para mi mujer, para los vecinos, para los que nos visitan. Y poder poner una reposera en el medio de las lavandas al atardecer, poder tomarse una una cervecita, un mate o lo que sea mirando las sierras es impagable”, señaló Marcelo.
Además, contó que mucha gente que visita Villa Berna como turista, después decide instalarse en ese maravilloso poblado porque descubre lo diferente que es a la vida ajetreada que se lleva en las ciudades: “no tener que salir corriendo; no hay que ir a ningún lado, simplemente disfrutar el atardecer y y pasarla lindo tomando algo y hablando”.
Por último, Marcelo señaló que, luego de mudarse a Villa Berna, pasó a ganar el 20% de lo que antes ganaba, “pero puedo vivir bien igual, y ser feliz igual, claro. Yo diría más feliz”.
Escuchá la entrevista completa con Marcelo Hernando: