En un abarrotado salón, empresarios cordobeses se concentraron para escuchar al presidente Milei y siguieron su discurso con aplausos, más tímidos que expresivos, pero siempre oportunos, con gestos de complicidad entre el Presidente y la atenta audiencia.

Las presentaciones

Tratándose del acto de conmemoración de 47 aniversario de la Fundación Mediterránea, las primeras palabras fueron a cargo de la presidenta en funciones, Pía Astori que cedió el micrófono al Gobernador Llaryora.

Después de estos discursos el Gobernador y la Fundación se entregaron mutuos reconocimientos, en la forma de placas recordatorias.

Llaryora

El gobernador concentró su corto discurso en dos cuestiones.

Por un lado, el reconocimiento del rol de la Fundación Mediterránea en la generación de ideas y en el desarrollo de propuestas políticas destinadas a la inversión y generación de empleo.

De hecho, unos de sus pocos pasajes aplaudidos, fue cuando pidió reconocimiento para “los empresarios que no se cansan de invertir”, representados por los emblemáticos “37 fundadores”.

En ese sentido también resalto la noción de diversidad: “Podemos pensar distinto y trabajar juntos” agregando que “la base de este modelo cordobés no es fruto de un solo partido”.

El segundo aspecto que resaltó es el referido a las relaciones con el gobierno nacional.

Mientras se ocupó de recordar que “los cordobeses hacemos un gran esfuerzo para que se genere superávit fiscal nacional” cuando “hace 20 años que aquí tenemos superávit y lo hemos invertido”, de algún modo estaba ratificando una línea de acuerdo con el presidente Milei.

En paralelo, como un velado reclamo, se ocupaba de señalar que “no tenemos ley de combustibles y seguimos sufriendo las malditas retenciones”. Es claro que el propósito no es romper lanzas con la administración nacional porque inmediatamente agregaba: “Se que el presidente tiene estos tema en agenda y pronto tendremos buenas noticias”.

Eligió cerrar su discurso con una marca propia y otra del presidente: “Una Argentina mejor se construye con todos adentro y con todas las provincias teniendo posibilidades de progreso”, la propia.

“Le deseo al presidente que Dios o las fuerzas del cielo, como el prefiere llamarlas, lo iluminen”, el guiño a Milei.

Palabras presidenciales

El presidente no abandonó ni el tono ni la temática de sus últimas intervenciones públicas, eso si, matizado todo con referencias locales, comenzando por el elogio al plan del ex Ministro Cavallo, que atribuyó como propio a la Fundación Mediterránea. Y, como habitualmente, salpicó su intervención con menciones políticas.

Agregó que el evento era “un ambiente propicio para discutir y analizar, porque sistemáticamente dicen que no tenemos programa”.

A la hora de marcar su diagnóstico insistió con conceptos ya reiterados: “Estamos frente a un evento histórico: una forma no convencional de bajar la inflación”.

Y agregó como resumen: “la inflación mayorista viajaba a un 54% mensual y el último número fue 2% o sea anualizada 28%. ¿Cómo hicimos para que baje?. Caputo y yo no hacemos cursos con Copperfield de magia”.

“Otra característica es que no tenemos controles de precios y no tenemos un cambio fijo. Al tener un crawling peg del 2% tenemos una inflación que es el crawling peg mas la tasa de inflación internacional, lo suma aproximadamente un 2,5%. Si el registro del último dato del INDEC es 3,5% es que la inflación real viaja al 1%. Eso llamenló como quieran pero es lo más parecido a un sueño después del infierno que vivimos".

No se privó de insistir con la noción de objetivos y no plazos: “Lo que nosotros hicimos fue no dar fechas porque somos un gobierno liberal libertario, el primero de la historia mundial y cuando asumimos había un descalabro enorme. Pudo haber sido la crisis más importante de Argentina".

En terreno político

El presidente aprovechó para marcar distancias políticas tanto con su vicepresidenta como con la “oposición amigable”.
Por un lado se ocupó de señalar que “el gobierno de Isabel fue un espantoso gobierno que no solo implicó el decreto de aniquilamiento, sino también multiplicar por 5 la cantidad de pobres”; teléfono para Villarroel.

Por otro, en una definición que hasta ahora no se escuchó en la política argentina dijo que “el 2001 fu un golpe de estado de Alfonsín y Duhalde contra De La Rúa” y se ocupó de señalar que la pesificación de la deuda del diario Clarín fue lo que condujo a que se transmita la imagen del ex presidente Alfonsín “como un héroe”.
Naturalmente, los repudios desde el radicalismo, fueron instantáneos, como este posteo del diputado Rodrigo De Loredo.

Ampliar contenido
X de Rodrigo de Loredo

Javier Milei aprovechó para hacer alusión a la oposición peronista, en la figura del exsecretario de Comercio del kirchnerismo, Guillermo Moreno, y sus políticas de controles de precios en los mercados. “¿A ustedes les gustan los controles de precios?”, dijo al auditorio que en mayoría contestó “no”. “Díganlo más fuerte, no se escucha”, agregó y fue uno de los momentos de complicidad con risas y aplausos.

Y para completar los elementos políticos aprovechó y cargó nuevamente contra el Banco Central al calificarlo de “institución inmunda”. Según el presidente, el Banco Central se creó para “enriquecer a los políticos y empobrecer a los argentinos”. Y agregó: “Se terminó la Argentina de la casta, llega la Argentina de los hombres libres que van a ser prósperos”.

Volvió el “Sinceramiento”

“Teníamos una inflación de 17.000 % y déficit gemelos de 17 puntos del PBI y por eso ganamos nosotros. Teníamos una brecha del 200% con el dólar oficial. Pero no nos quejamos del problema, lo describimos y lo resolvimos” afirmó para darle contexto a su valoración de las cifras y situaciones heredadas.

Agregó que le “resulta raro que economistas profesionales me atribuyan a mi la devaluación cuando lo único que hice fue sincerar”. Por primera vez en un discurso público el presidente Milei utiliza un concepto que durante buena parte de la gestión, fue una marca registrada del macrismo.

Lo volvió a utilizar al señalar: “Nosotros evitamos ir a una hiper, que hubiese duplicado la cantidad de pobres. Me soprende la deshonestidad intelecutal de políticos que son economistas que me artibuyen haber aumentado la cantidad de pobres en 5 millones cuando todo lo que se hizo fue sincerar la situación heredada”.

El fin del cepo

Poco después, el Presidente ahondó sobre el tema del cepo. “Cuando la brecha entre la base monetaria tradicional y la amplia coincidan, al mismo tiempo que se limpien los stocks y la inflación sea cero, en ese momento no habrá problemas de stock, de flujo, ni sobrante de pesos. Ahí abrimos el cepo sin ningún tipo de sobresalto”, definió, como ya había hecho otras veces.

En el tramo final de su discurso, Milei dijo que apuesta a la libre competencia de monedas, para que cada uno de los argentinos “monetice” la economía. “Toman sus dólares y pueden hacer transacciones en dólares o en cualquier moneda. Hoy hay competencia de monedas, pueden usar la que quieran. ¿Por qué? Para que no tengan que ir al peso y se produzca una apreciación del peso”, enumeró y dijo que, de esa forma, los dólares se inyectarán en la economía.

Cierre con abrazo

El mandatario nacional, como habitualmente, finalizó su alocución en medio de sus clásicos “Viva la Libertad carajo”, que repitió en tres ocasiones y fue acompañado por buena parte del auditorio.

El detalle que no debería pasar inadvertido es que, cuando se retiraba, se fundió en un fuerte abrazo con el presidente de Talleres, Andrés Fassi.