Arreglar un objeto es un acto amigable al medio ambiente. La reparación extiende la vida útil de un electrodoméstico, una prenda de vestir o un mueble y, de esta manera, se evita el consumo de nuevas materias primas para producir un nuevo objeto.

En Argentina, por ejemplo, se producen entre 10 y 12 kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) por habitantes según un informe de la asociación civil Basura Cero. 

Entre esos residuos, ¿no existirá algún objeto que pueda reparar y utilizar varios años más?

Para entender por qué es importante reparar un objeto es necesario entender qué es la obsolescencia programada. 

Cientos de personas se reúnen en el Club de Reparadores. Foto: Satoshi Higa

Este concepto podría resumirse con la frase: “las cosas de antes duraban más”. La obsolescencia programada es diseñar objetos con el fin de limitar su vida útil. En lugar de crear objetos de calidad y que perduren en el tiempo, se fabrican productos que dejarán de funcionar en un tiempo para que el consumidor compre otro. 

“Hay que tomar conciencia y poder luchar contra la cultura de lo descartable del compro, uso, tiro y vuelvo a comprar. Estamos insertos en esta economía lineal y debemos pensarlo desde una cuestión más circular ”, afirmó Virginia Martínez, miembro del equipo de educación de la Universidad Libre del Ambiente (ULA).

La obsolescencia programada puede manifestarse en diferentes formas:

-Evitando la posibilidad de reparación, diseñando objetos cuyas piezas no pueden reemplazarse o implementando software que prohíbe la manipulación del software.

-A través de la publicidad, creando la idea falsa de que un objeto esté "pasado de moda" o "ya no sirve más".

-Reduciendo la calidad de las partes para que el objeto se rompa más rápido.

Franco Urciuolo es reparador de electrodomésticos y comentó: “Todo está diseñado para que no nos cuestionemos si algo se nos rompe”. Y agregó: “Es muy loco que nadie se detenga a averiguar cuál es el problema en el objeto para poder repararlo”.

La obsolescencia programada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto. Satoshi Higa

Club de Reparadores: contra la obsolescencia programada

El Club de Reparadores es una iniciativa argentina que tiene como objetivo concientizar a la sociedad que la reparación como estrategia para el consumo responsable y práctica de la sustentabilidad. 

Consiste en un evento itinerante donde reparadores voluntarios e interesados ​​se reúnen para reparar objetos rotos. 

El proyecto surgió en Buenos Aires en 2015 por iniciativa de organización Artículo 41. F ue creado emulando los Repair Cafés de Amsterdam o las Restart Parties en Reino Unido.

El evento se hace  en Buenos Aires, Río Negro, Córdoba y Uruguay. Se han realizado más de 80 ediciones oficiales y más de 30 independientes. Cerca de 500 voluntarios han logrado arreglar más de 4 mil objetos.

En Córdoba, se realiza a partir de 2016 entre una o dos veces al año. Lo organizan la Universidad Libre de, Ambiente (ULA), Patio Mundo, Fundación Tierra Vida, Eco House, entre otras. Para conocer las fechas del Club, hay que estar pendiente de las redes sociales de cualquiera de los organizadores.

Soledad Sánchez,  integrante de Patio Mundo, afirmó que el Club de Reparadores es un evento que cualquier persona puede organizar en su barrio o institución. En el sitio oficial, cuentan con información para poder armar uno.

“La reparación forma parte de las famosas 5 R (reducir, reparar, reusar, recuperar y reciclar)”, expresó Virginia Martínez quien también fue la primera organizadora del Club de Reparadores en Córdoba.

“La idea es que la persona se involucre en la reparación y aprenda cómo funciona también ese aparato que está dejando. Nuestra sociedad es muy individualista y el Club de Reparadores apunta a una salida más colectiva. A recuperar esos lazos, de ayudarnos entre todes ”, agregó.

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El domingo 7 de noviembre se realizó una edición del Club de Reparadores en la Plaza de la Intendencia. Las personas que se acercaron al lugar pudieron arreglar ropa, textiles, celulares, electrónicos, luminarias, electrodomésticos y bicicletas.

Urciolo es reparador voluntario del evento y comentó: “muchas veces, como me acaba de pasar con un secador de pelo, es simplemente conectar un cable”. 

En otros casos, el reparador no puede arreglar el objeto por falta de repuestos. Pero los voluntarios se aseguran que la persona que llevó el objeto sepa cuál es el problema y cómo pueden solucionarlo. Según el sitio web del Club, los voluntarios logran reparar un 65% de los objetos recibidos.

“Creo que la ropa tiene un valor sentimental por sobre otras cosas. Hay un mayor flujo de circulación de ropa porque se regala o dona. Pero por otro lado, la gente viene a repararlas las veces textil que sean necesarias porque, por ejemplo, tiene un jean porque le tienen cariño ”, afirmó Cecilia, reparadora.

El 7 de diciembre será el próximo encuentro del Club de Reparadores en la Plaza de la Intendencia. Satoshi Higa


Cambiar el paradigma

“El planeta está colapsando a un extremo que tenemos que bajar la intensidad del consumo al extremo. La reparación ya es un acto de supervivencia ”, sentenció Sánchez.

Para Soledad, la reparación no debe ser solo un acto individual de conciencia ambiental.

“La gente dice: 'mejor me compro otro quizás es más barato comprar que arreglarlo'. A ese nivel de ridiculez hemos llegado”, declaró.

Y concluyó: “La reparación apunta a un cambio del paradigma cultural. Hay que entender que el planeta usó un montón de recursos para hacer tu pava eléctrica. Pero también hay que comprender que al repararla no comprás otra ”.

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Del Instagram de clubdereparadores