Como todos los años, y con la llegada de los días más fríos y el uso de artefactos que requieren material combustible para climatizar ambientes, la Dirección de Defensa Civil municipal comparte consejos a tener en cuenta a los fines de evitar intoxicaciones con monóxido de carbono, gas muy tóxico para las personas y los animales.

Es importante recordar que cualquier artefacto que use material combustible (gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera, plásticos) puede quemarse de manera deficiente y generar monóxido de carbono, generando peligro en lugares con una concentración de oxígeno escasa o insuficiente.

Al respecto, se recomienda controlar la instalación y el buen funcionamiento de calefones, termotanques, calderas, estufas, braseros, salamandras, cocinas, anafes, calentadores y hornos a gas o leña, entre otro tipo de artefactos utilizados al efecto de elevar la temperatura.

  • Mantener los ambientes bien ventilados.
  • No dormir con brasas o cualquier tipo de llama encendidas, y siempre apagarlas fuera de la casa.
  • No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
  • Utilizar artefactos de tiro balanceado.
  • Instalar rejillas de ventilación en lugares con falta de oxígeno.
  • El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados. De tenerlo de este modo, asesorarse para reubicarlo.
  • Alejar las estufas eléctricas de la humedad.
  • Verificar que los conductos de las chimeneas o calefones no estén obstruidos.
  • No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.

Desde Defensa Civil

  • Encender y apagar braseros (al igual que las estufas de querosene) en el exterior de la vivienda. Sacarlos de funcionamiento a la hora de dormir.
  • Evitar quemar productos con abundante resina ya que producen chispas y pueden ocasionar incendios.
  • La base del brasero debe ser de cemento, baldosa o chapa para evitar incendios.
  • Siempre se debe mantener una abertura que permita el ingreso de aire así como salidas para los gases tóxicos al exterior.
  • No utilizar cáscaras de nuez, almendras, frutos secos o carozos. Se podrían utilizar en salamandras con salidas al exterior, ya que eliminan vapores tóxicos durante la combustión.

En el caso de utilizar garrafas con pantallas o estufas garraferas, se debe tener en cuenta para la instalación que los espacios estén ventilados, que se coloquen lejos de fuentes de calor o de productos que puedan prender fuego y que se ubiquen fuera del alcance de los niños.

Además, la garrafa no debe estar dañada u oxidada y el precinto de seguridad debe estar adherido a la válvula del envase al momento de adquirirla, por lo que, de no ser así, se debe pedir su cambio.

También es importante utilizarla solamente en posición vertical, colocar tubos flexibles certificados para uso de garrafas, adecuadamente identificados y con una vida útil de 5 años. Para instalarla, utilizar solamente las manos, no usar martillo o cualquier otro tipo de herramienta.

Evitar estar cercano a corrientes de aire que puedan apagar la llama de los quemadores y producir una fuga de gas.

Cerrar la válvula reguladora si no está usando el gas, especialmente al irse a dormir o al salir de la casa.

Síntomas a tener en cuenta y medidas a tomar ante la sospecha de una contaminación

Algunos indicios que nos pueden hacer sospechar la presencia de monóxido de carbono en el ambiente son la coloración amarilla o anaranjada de la llama de hornallas o estufas, la aparición de manchas de hollín, tonalidad más oscura o decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación o alrededor de ellos.

Si apareciera alguno de estos casos es imprescindible sacarse la duda y consultar con un gasista matriculado para solucionar a la brevedad el problema.

Se debe sospechar una intoxicación con monóxido de carbono cuando una o varias personas al mismo tiempo, que estuvieron en un ambiente cerrado, presentan determinados malestares no comunes de una situación normal y con determinadas características de acuerdo al grado de contaminación:

  • Para las intoxicaciones leves, los síntomas habituales son dolor de cabeza, náuseas, vómitos y mareos.
  • En las moderadas se hacen visibles escenarios de confusión, visión borrosa, falta de coordinación, falta de fuerza, palpitaciones, irritabilidad y falta de tonicidad muscular.
  • Finalmente, las graves se caracterizan por síntomas como la pérdida de conciencia, convulsiones, hipotensión o arritmias, que pueden desembocar en estados agonizantes o en infartos de miocardio.

Ante la presencia de cualquiera de estas alertas se debe tomar rápidamente las siguientes medidas:

  • Salir del ambiente contaminado
  • Ventilar la habitación, abriendo puertas y ventanas
  • Concurrir al centro de salud más cercano o llamar a su servicio privado de emergencias o al 107 municipal.

Además, siempre es bueno tener presentes los números telefónicos de emergencia ante cualquier eventualidad: la línea 100 de Bomberos y el 103 de Defensa Civil, que tiene atención las 24 horas, los 365 días del año y están preparados para atender este y todo tipo de situaciones.