Cuatro mujeres policías de Córdoba murieron en 2021 víctimas de violencia de género. Al menos dos de ellas fueron asesinadas por sus parejas, también policías, con el arma reglamentaria. No había, en esos casos, antecedentes de denuncias previas.

El debate sobre la violencia de género que involucra a personal policial abre varias aristas: por un lado, los femicidios cometidos por funcionarios públicos uniformados. Por otro, mucho más silencioso, la situación que padecen las mujeres que integran la fuerza y son víctimas de violencia. 

Según manifiestan, el “Protocolo de Violencia Familiar y de Género” que se implementa en Córdoba las empuja a una nueva situación de violencia que involucra padecimientos económicos y otros tipos de violencias dentro de la institución, por lo que muchas mujeres deciden no denunciar la situación.  

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Segundo Protocolo V. F. (1).pdf

“El protocolo es una mordaza a nuestro pedido de ayuda. Nos condena al silencio, a esconder los moretones debajo del uniforme”, dijo en exclusiva a cba24n.com.ar FA, una suboficial que accedió a contar su situación. 

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La agente Carolina Figueroa (36), operadora del 101 de la Departamental Santa María, fue asesinada en octubre pasado por su esposo policía, Carlos Suárez (40), quien se suicidó. Foto: UnoSantaFe

"Estoy padeciendo una situación que la padecemos muchas chicas, de angustia, de miedo, y tengo terror de terminar como las últimas efectivas policías asesinadas", contó. Dijo que las mujeres policías viven la violencia de género "en secreto”, dado que no pueden denunciar. 

El motivo es lo que establece la normativa en estos casos: por prevención, el protocolo indica “se deberá retener el arma en forma preventiva” hasta que haya directivas judiciales o lo evalúe un psicólogo, situación que se puede extender por meses o incluso años. Sin su arma reglamentaria, la trabajadora pasa a Tareas No Operativas (TNO), lo que les impide realizar servicios adicionales, una de las principales fuentes de ingresos extra en la fuerza. Además tampoco percibe el adicional remunerativo por servicio de seguridad y defensa; le imposibilita hacer cursos de ascenso y pone (si el proceso se extiende en el tiempo) a la trabajadora en riesgo de ser sumariada, cuestionada en su capacidad y hasta despedida de la fuerza.

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El policía Ezequiel Seia, de 37 años, asesinó a su mujer, también policía de 34 , quien fue identificada como Romina Depetris. Ocurrió el 4 de octubre del 2021. Foto: Puntal de Villa María

"El protocolo es una mordaza al pedido desesperado que hoy tenemos algunas mujeres que sufrimos violencia. Es algo que se suma al calvario doméstico de tener una pareja que te golpea y no poder hacer nada", dijo FA. 

Desde la Policía de Córdoba, explicaron que “ante la preservación de la vida y de la situación física y emocional siempre van a prevalecer estas dos primeras" . Sin embargo, otras fuerzas de seguridad tomaron medidas que atienden esa situación. 

"Lo que me pasa a mí le pasa a muchas" 

FA es víctima de violencia. Su ex pareja usurpó su casa y la somete física y psicológicamente. "Me golpea, y mientras lo hace me recuerda que se sabe el protocolo de memoria", detalló. 

"Lo que me pasa a mí le pasa a todas las mujeres en general en la policía. No existe eso de que no había denuncias previas, que el tipo se levanta un día enojado y bueno, le pega un tiro. Muchas compañeras hacen las denuncias en el Polo de la Mujer, Pero allí sufren otro calvario", señaló. 

"Todos están enfocados en vos. Y lo primero que te preguntan es: ‘che, vos tenés el arma ¿en qué situación estás?’ Al tipo (por el victimario) ni. La primera investigada es la víctima y no el agresor", sostuvo.

Las y los policías que son pasados a TNO quedan sin armas y no pueden realizar adicionales, lo que les reduce notablemente el ingreso. Foto ilustrativa: Policía de Córdoba

La revictimización 

Según su experiencia, en Polo de la Mujer la situación de denuncia es por lo menos compleja. “Si se enteran que sos policía el trato es peor. Pero vos no estás ahí como policía, estás sumamente vulnerable, no sabés qué hacer. Sabés que mañana va a ser un día re difícil. Y si declarás algo mal, o les decís ' no entiendo' , te dicen 'pero cómo, si vos sos policía ́. Y yo no soy policía, ahora soy una mujer golpeada”, contó. 

Con absoluta resignación, la mujer dijo: " las víctimas en la policía no podemos hacer nada, sólo consolarnos entre nosotras, mandarnos audios llorando y contando lo que nos pasa" . Pero todo tiene que ser en secreto, sostuvo. "Vos no podés ir a hablar con un jefe y contarle lo que le está pasando a una compañera, porque te dice: si denunciás se te va a activar el protocolo".

"Hay compañeras que murieron no por el arma, sino por el protocolo. Nos dejamos golpear en silencio por el protocolo, nos encerramos en una pieza para que nos peguen de la forma más silenciosa para que no escuche nadie, para que no denuncien. Nos ponemos el uniforme al otro día y vamos a trabajar así: golpeadas, con la mejor cara y que nadie sepa nada, que nadie se de cuenta de nada ", sostuvo. 

MUJER POLICÍA víctima de violencia de género by cba24n.com.ar

El silencio, según FA, se extiende al resto del personal. “Si me entero que una compañera está siendo golpeada y quiero denunciar para ayudarla, esa compañera se va a enojar conmigo, porque la estoy condenando”.  

"Quizás para mí ya es tarde, tengo mi uniforme, tengo mi arma, pero sé que él me va asesinar porque yo no voy a mover un dedo, estoy muy cansada, solo quisiera tener la libertad de poder denunciar, que vengan se lo lleven y que nunca más me vuelva a golpear", dijo. 

Al ser consultada sobre si algo cambió en la fuerza con la llegada de la primera jefa de policía mujer, Liliana Rita Zárate Belletti, la entrevistada mostró su decepción: "Cuando asumió estábamos muy contentas, porque es una institución tan machista. Pero no cambió nada", dijo desilusionada. “A los jefes lo único que les preocupa es que si, luego de hacer la denuncia por violencia de género, nos quitamos la vida por la tortura que nos toca atravesar, no lo hagamos con el arma de la policía ", sentenció.

Por último, la mujer hizo un desesperado pedido: "Como policía le ruego le imploro, deroguen este maldito protocolo y permítanos vivir libres de poder denunciar y gritar que nos están asesinado en silencio y nuestros hijos quedan solos".  

La Comisario General Lic. Liliana Rita Zárate Belletti asumió como jefa de la policía en octubre del 2020, generando expectativas en las víctimas de violencia dentro de la Institución, pero "nada cambió", dijeron. Foto: Policía de Córdoba

Macabro y vil

Consultado por cba24n.com.ar, el abogado especialista en Derecho de Familia y Derecho Procesal Penal, Norberto Vaca, sostuvo que el Protocolo de Violencia Familiar de la Policía de Córdoba "es macabro y es vil".

El letrado, asesor jurídico de la Asociación Civil Derechos Humanos y Violencia de Género, dijo que el reglamento vigente es totalmente contrario a la igualdad de las personas, a las normas por las cuales vienen luchando las mujeres. Con este protocolo lo terminan limpiando de un plumazo ", dijo. 

"Interpusimos hace más de un año un escrito ante la justicia solicitando la inaplicabilidad del Protocolo de Violencia Familiar de la Policía y nos dio la razón", por lo que en un caso que él patrocinó, no se le quitó el arma a la víctima.

El abogado Norberto Vaca opinó que el protocolo de la policía “debe ser erradicado absolutamente y dictar uno que se ajuste a las normas constitucionales". Foto: MPF

Vaca detalló  que cuando un integrante de la policía de la provincia denuncia ser víctima de violencia familiar o de género "se activa en forma instantánea el protocolo, y la denunciante recibe el mismo trato que el denunciado: se le quita de forma inmediata el arma de manera preventiva, hasta que se reciba una orden de la justicia, o en su defecto, sea atendida por un psicólogo del departamento de Medicina Laboral ", cosa que puede llevar a cabo años, puntualizó.

"Luego es llevada al departamento de medicina laboral, donde se realiza una evaluación diagnóstica y formalmente se la traslada a Tareas No operativas (TNO) por un plazo meramente discrecional, yo le diría arbitrario", Dijo Vaca.

"Esto significa que la persona que denunció queda en TNO de la misma forma que el denunciado (en caso de ser un agente de la policía) con la salvedad de que la víctima no hizo nada para ser víctima, pero él sí hizo para convertirse en victimario, por lo cual la ponen en la misma situación que el victimario, y salir de esa TNO es todo una peripecia y un incordio. .

Además, de acuerdo a lo relatado por el abogado, a la víctima no se le hace ningún tipo de contención. Tampoco se valora si  está capacitada para tener armas o no. "Entonces resulta totalmente inadmisible que en la vigencia de un plexo normativo nacional e internacional que pregona la prohibición de todo tipo de violencia contra la mujer, sea en el ámbito público o en el privado, estas cuestiones sigan sucediendo "

"Es violencia económica en el sentido estricto, es discriminación, es vulneración a la carrera administrativa, es desigualdad en los procedimientos, es no comprender realmente lo que es un protocolo, que tiene que proteger a la víctima", sostuvo Vaca. 

El abogado cree que el protocolo “debe ser erradicado absolutamente y dictar uno que se ajuste a las normas constitucionales y supra legales que forman parte del derecho positivo vigente en la Argentina”. 

El antecedente de la policía federal 

En las fuerzas federales ocurría algo similar de lo que pasa en la Policía de Córdoba con la aplicación de un protocolo. En ese ámbito las cosas cambiaron. Vaca explicó que si dentro de esa fuerza una persona es denunciada o denunciante por violencia familiar o de género, se le retiene el armamento policial cuando está de franco. Cuando toma el servicio, en la armería que cada dependencia tiene, se le entrega el arma y los cartuchos; cubre el servicio ordinario y cuando se retira deja el armamento y se va a su casa. Cuando va  a hacer adicionales, se procede de la misma forma.

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Norberto Vaca. Abogado especialista en Derecho de Flia y en Procesal Penal by cba24n.com.ar

"Creo que es una cosa bastante sensata, y fíjese cuántos problemas ha tenido la policía federal en relación a femicidios, comparada con la de la provincia de Córdoba", indicó Vaca.

Por último, el especialista sostuvo que "un protocolo tiene que establecer los hechos, las circunstancias, el modo, el lugar y la forma de proteger y respetar los derechos constitucionales que todas las personas tenemos", concluyó el letrado.