Emiliano Sordi cerró el 2019 ganando un millón de dólares con la actividad que mejor se le da, la pelea. Si bien el campeón semipesado de la Professional Fighters League tiene un don para las piñas y patadas, entiende que no es un especialista en finanzas.

Por eso, cuando lo fueron a buscar para invertir, se mantuvo cauto y no tocó un verde. “Me ofrecieron poner un almacén, hacer un colectivo eléctrico y hasta sacar oro en Jujuy”, contó el cordobés de 29 años.

-¿Se dificulta seguir el ritmo de entrenamiento con la cuarentena?

-Está todo frenado. Lo que rescato de todo esto es que es parejo para todos, no es que alguien está sacando ventaja y cuando volvamos va a estar hecho un súper humano. Va a tardar hasta que regresemos al ritmo, aunque sea unos meses. Desde mi pelea (NdeR: la del millón) que no hago sparring, no lucho ni practico con un compañero.

-Las peleas ya volvieron, como en UFC. ¿Estás de acuerdo?

-Y, pero ya empezaron a tener problemas con que algunos chicos no dieron el peso… para mí es una locura. Soy peleador y me encanta pelear, pero hay cosas más importantes. Muchos peleadores de UFC están en contra de esto, pero también hay que entender que nosotros no tenemos sueldo. Ganamos plata por pelear, por evento, no son muchas las opciones. Por mi parte, probablemente tenga una pelea recién en diciembre.

-Se puede decir que sos el campeón todo el año…

-Sí, eso no me lo saca nadie. No tienen cómo arrebatarme el título, jaja.

-Por todo lo que está pasando, el 2020 es un año horrible. Pero para vos es distinto, porque fuiste campeón mundial y te quedaste con el millón. ¿Lo definirías como un año bueno o malo en lo personal?

-A mí ya no me interesa tanto la plata, lo que me está volviendo loco es el encierro. Me gusta la naturaleza, el campo, estar libre. Por ese lado, para mí es horrible, parezco un preso. Pero si lo miro con otros ojos, dentro de lo mal que estoy pude ganar buena plata y no tengo problemas económicos, que es lo que le preocupa a mucha gente que vive del día a día. Diría que fue un año gris, 50-50, jaja.

En casa, el cordobés se mantiene entrenado. No pelea desde diciembre, en el combate que le dio el cinturón.

-¿Qué elegirías, nunca haber ganado el millón y estar libre o con la plata y encerrado?

-El millón no importa, lo principal fue ganar el título. Igual, mi vida social cuando estoy en el campamento de pelea no es muy grande, me la paso del gimnasio a la casa y viceversa, todo el día encerrado. La salida es ir al súper a comprar cosas, la vida del deportista es medio antisocial. Ahí no es muy diferente a esto, en Argentina disfruto más.

-¿Cuánto tiempo pasás en el país generalmente?

-Unos ocho meses, el resto afuera.

¿Te molesta estar tanto tiempo lejos de casa?

-Si estoy entrenando, no. Pero estar allá al pedo, sin hacer nada, no. Prefiero estar al pedo acá, que puedo comer asado con mis amigos todos los días.

-Antes dijiste “primero el título, después la plata”. El día que ganaste la definitoria, ¿no pensaste en que estabas a una victoria del millón?

-No: del título. De hecho, no toqué un solo peso de esa plata todavía. Muchos piensan “te ganás eso y salís a comprarte todo”, pero no gasté nada, cero. Llevo un ritmo de vida en el que no necesito mucha plata para vivir, no es importante para mí. Pero no la voy a regalar tampoco, claro.

-¿Ya sabés en qué la vas a destinar?

-Estoy evaluando varios escenarios, pero no es tan fácil. Si invertiste en la bolsa y te agarró un coronavirus, fuiste, te fundís. También se te acercan un montón de personas, empezás a desconfiar. Creo que el mundo va a ser totalmente distinto en cualquier aspecto en que lo mires.

"¿Negocios? De los que se te ocurran. Desde poner un almacén hasta un tipo que me ofreció sacar oro en Jujuy"

-¿Se te acercaron los amigos del campeón o algún negocio raro?

-Miles, jaja. Algunos que conozco de vista y sé quiénes son, hasta los que no tengo idea de dónde vienen. ¿Negocios? De los que se te ocurran. Desde poner un almacén hasta un tipo que me ofreció sacar oro en Jujuy.

-Después no ves un lingote…

-Claro, yo no tengo la más pálida idea de si en Jujuy hay oro o no. También me ofrecieron hacer un colectivo eléctrico, para venderlo y producir diez más, cosas raras. Ojo, a lo mejor son proyectos buenos y el tipo que me ofreció sacar oro extrae mil kilos y el del colectivo lo vende a Suiza, jaja. Creo que el dinero que invierta va a ir al palo que conozco.

-¿Qué tenés en mente para cuando termine tu carrera?

-Mi proyecto es hacer un gimnasio acá, en Río Cuarto. Traer coaches de afuera para que los argentinos tengamos que dejar de irnos para entrenar. Que podamos hacerlo acá desde el primer día hasta que peleamos. Es algo que vengo pensando desde hace muchos años y, ahora que tengo contactos y me hice cierto nombre en el deporte, lo veo más cerca.

-¿Es difícil para el argentino irse?

-Sí, yo que vengo del campo estoy muy arraigado a las tradiciones de acá. Soy amiguero y me cuesta. Aparte, los yanquis tienen una personalidad totalmente distinta. Pero por lograr la meta lo hago, si tengo que ir a Júpiter, voy. Sacrifico lo que sea.

-Si tuvieras que hacer un contraste entre el argentino y el estadounidense, ¿qué cosas destacarías?

-Primero, el orden. Ellos son tan ordenados que a nosotros nos desordenaría la vida. Para comer un asado o juntarse, nosotros prendemos el fuego y ya está. Ellos dicen “vamos a comerlo el 3 de julio a las cinco de la tarde y a las seis y media nos vamos”. Me cuesta mucho eso. Después, en el gimnasio: acá somos todos amigos, pasamos seis o siete horas juntos por día. Ellos, igual, pero entraban y no se saludaban, como si hubieran dormido juntos. Nosotros les copamos el gimnasio de latinos, somos un montón y le dimos vida. Llegamos y les ponemos música, nos aman. Creo que hasta ellos mismos se dieron cuenta de que era mucho más divertido así. Somos los dueños del gimnasio ahora, jaja.

El objetivo del cordobés es poner un gimnasio en su ciudad, Río Cuarto, para que los argentinos no deban viajar al exterior a entrenar.

-¿Te queda alguna meta por cumplir en el deporte o ya conseguiste lo que buscabas?

-No, como deportista eso nunca pasa. Este año quiero ganar de vuelta, en un tiempo ver si puedo pasar al peso pesado, y siempre algo nuevo va a aparecer. Por ejemplo: yo tenía un par de nocauts en 20 segundos y siempre jodía con mis amigos con que ahora quería hacerlo en 15, 12... Terminé haciendo uno en 11 y después quise uno en cinco. Nunca paran los desafíos.

Vía Olé