Instituto se despidió de la Liga Nacional de Básquetbol
San Lorenzo el vigente campeón de la Liga Nacional vapuleó a Instituto por 98-78 y barrió la serie de cuartos de final.
San Lorenzo es imposible: el vigente campeón de la Liga Nacional vapuleó a Instituto por 98-78, barrió la serie de cuartos de final y celebró su clasificación con otra actuación categórica de un plantel que volvió a plasmar su profundidad. No será sencillo arrebatarle el cinturón al Ciclón, un equipo que conquistó los últimos cuatro torneos y sueña con el pentacampeonato.
Gustavo Peirone ajustó tras la abultada derrota inicial con el objetivo de domar al tridente que había dominado el primer juego. Pero San Lorenzo, que en la mitología del básquet nacional es la Hidra de Lerna, no necesitó grandes actuaciones de Nicolás Aguirre ni de Roberto Acuña. Ni siquiera tuvo que brilar José Vildoza para quedarse con el boleto a las semifinales porque Silvio Santander siempre tiene una respuesta bajo la manga gracias a la pluralidad de recursos de la nómina más completa de la Liga.
Nicolás Romano fue implacable: anotó 24 puntos y aportó 9 rebotes en una tarde que rozó la perfección con un 88% de cancha (5-6), 100% de tres (3-3) y 100% desde la línea de libres (5-5). Máximo Fjellerup secundó a su líder con 16 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias. Kevin Hernández fue sumamente productivo con 12 puntos en 18 minutos y Pepe Vildoza aportó otras 14 unidades aunque no fue su tarde más eficaz.
La diferencia entre las opciones de ambos elencos es abismal. Peirone era consciente de que necesitaba exprimir al máximo a sus titulares para seguir con vida en la serie: tres de los cinco integrantes de su quinteto inicial superaron los 30 minutos. Podrían haber sido cuatro pero Santiago Scala, quien ya había acumulado 23' en su planilla, se fue expulsado a falta de cuatro minutos en el tercer cuarto por una segunda antideportiva.
Instituto apenas pudo competir durante un primer parcial que terminó igualado en 15 puntos. El desgaste de tamaño desafío hizo mella en un conjunto cordobés que se fue deshilachando con el correr de los minutos. Santander, del otro lado, dosificaba las cargas y rotaba. Esa característica distintiva del plantel azulgrana aparece en el horizonte como un factor que podría ser determinante en un calendario comprimido y le permitiría matizar cualquier baja como sucedió ante la ausencia del estadounidense Dar Tucker.
La Gloria sufrió en el arranque del segundo parcial y San Lorenzo empezó a alejarse pero no consiguió una diferencia mayor como víctima de su propia impericia. El elenco de Peirone, escaso de ideas para resolver en ataques estacionados, dejó de anotar hasta que el joven Lucas Reyes cambió la dinámica a partir de su energía en defensa en una presión alta que generó varias pérdidas que Instituto capitalizó para maquillar la diferencia en el juego. Con apenas tres triples encestados en 14 intentos, el Ciclón se fue al entretiempo con una ventaja de 37-29.
Peirone salió a la segunda mitad sin Reyes, San Lorenzo calibró la mira y bombardeó a los cordobeses con cuatro triples consecutivos para comenzar la segunda mitad. Esa diferencia, sostenida a lo largo de los últimos dos parciales, fue definitiva. Aunque Instituto esbozó alguna reacción gracias al corazón de Pablo Espinoza y la rebeldía urgente de Mateo Chiarini desde el banco ante la descalificación de Scala, el Ciclón controló el trámite casi sin despeinarse.
Campeón en las últimas cuatro ediciones, el conjunto de Boedo le mandó un mensaje a la Liga en general y a Quimsa, el número uno de la temporada regular y su principal amenaza, en particular: no será sencillo sacarle la corona que le pertenece hace cinco años.