Murió Carlos Menem: un apasionado del deporte
El expresidente esperaba el domingo para ver "Fútbol de Primera", su programa favorito. Pidió que el golf llegara a los sectores más pobres de la sociedad y estuvo en el debut de Argentina en el Mundial 1990.
El expresidente de la Nación Carlos Saúl Ménem murió en Buenos Aires a sus 90 años tras permanecer varios días internado a raíz de una infección urinaria.
Tuvo una fuerte relación con el deporte, actividad que desarrollaba como aficionado en distintas disciplinas. Del golf al fútbol, del tenis al básquetbol.
Maradona, Scioli, Ramón Díaz y Porta fueron algunas de las figuras que respaldaron su gestión.
El expresidente recientemente fallecido dijo en alguna oportunidad: “Yo me formé en la escuela del deporte y por eso estoy convencido de que detrás de un hombre que hace deportes hay un hombre bueno”.
Carlos Menem se vistió de basquetbolista, también lo hizo de futbolista, tenista, golfista, de copiloto y hasta de boxeador durante los 10 años de su gestión como presidente de la Nación (8 de julio de 1989 al 10 de diciembre de 1999), ciclo en el que hizo uso del deporte como fiesta del pueblo.
“Yo me formé en la escuela del deporte y por eso estoy convencido de que detrás de un hombre que hace deportes hay un hombre bueno”.
El fútbol ocupaba el escalafón más alto en su ránking de disciplinas predilectas y River fue su gran amor. En tiempos de codificado, el presidente recibía en la Quinta de Olivos la señal directa de los partidos del equipo y, no conforme con seguir todos y cada uno en vivo, esperaba con ansias que llegara el domingo por la noche para ver Fútbol de Primera, su programa favorito.
Fanático del Millonario, quiso en las proximidades del Mundial de Italia 1990 que Ramón Díaz, entonces DT del Millonario, reemplazara en la Selección a Carlos Bilardo, de cuyo estilo era detractor, lo que lo enemistó por un tiempo con Diego Armando Maradona.
De aquel Mundial, un recuerdo imborrable: el riojano estuvo en el partido inaugural entre Argentina y Camerún y hasta compartió con la delegación nacional un tiempo durante la concentración en Milano.
En mayo de 1.999 y después de jugar un partido con la de San Lorenzo en el estadio Nuevo Gasómetro, donde su equipo ganó el encuentro con un penal suyo que le permitieron patear dos veces después de que la primera terminara con la pelota por las nubes, el entonces presidente del Ciclón, Fernando Miele, lo declaró “presidente honorario” del club.
Durante su gestión, además, se inauguró el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), en tiempos de Fernando Galmarini como secretario de Deportes (a quien luego continuaron Livio Forneris y Hugo Porta), Argentina participó en dos ediciones de Juegos Olímpicos, Barcelona 1992, Atlanta 1996, con muy magra cosecha de medallas: apenas cuatro en total.
Entre otros de los grandes eventos deportivos que llevaron su firma se cuentan el Mundial de Básquet de 1990 celebrado en el país (Yugoslavia fue el campeón) y el regreso a la Argentina de la Fórmula Uno, en 1995, tras 14 años de ausencia.
Carlos Saúl Menem creía que el deporte era la garantía de gran parte de su popularidad. En 1989 corrió junto a Carlos Lole Reutemann en el autódromo de Buenos Aires la “carrera de los famosos”. Además, jugó al tenis con Guillermo Vilas y con Gabriela Sabatini.
El riojano fue también un aficionado del golf, deporte que jugaba cada vez que podía, en cualquier lugar donde estuviese, pero que también citó de manera insólita en 1994 durante un acto en Viedma.
De su participación con el golf cabe mencionar también una anécdota contada por Fernando Galmarini en diciembre de 1989. “Esta semana vino la junta de la asociación de golf y le ofrecieron (a Menem) jugar con Roberto de Vicenzo, el más grande jugador que hubo en el país. Es posible que se haga porque enseguida pidió que le manden un profesor a la residencia de Olivos y que hagan un hoyo más grande en el campo para que él pueda embocar. No le gusta perder, se calienta mucho cuando juega”.
Se recuerda también su extraña anécdota relacionada con el boxeo que contó en octubre de 1996, durante la convención mundial de ese deporte celebrada en la Argentina cuando además de posar con el cinturón de campeón mundial con el que lo homenajeó el CMB, dijo: “Cuando era niño varios de nosotros nos poníamos unos guantes y peleábamos contra un oso para poder entrar gratis al circo, y quiero mencionar también que en mi época de estudiante universitario tiré guantes guiado por una gloria del boxeo nacional como fue Raúl Rodríguez”.
Entre las historias de color aparece en el archivo aquella en la que en 1989 estuvo al mando de una moto náutica junto a Daniel Scioli, excampeón de la disciplina, y con quien forjó una férrea amistad.
Entre las celebridades del deporte con las que se relacionó aparecen dos de los más grandes de la historia: Pelé y Maradona. Diego fue una de las figuras que respaldó su campaña de reelección en 1995.
Otro de los grandes nombres del fútbol argentino que siempre se declaró menemista fue Ramón Díaz: “Tengo sangre menemista. Siempre digo, en joda, que le gustan las minas, le gusta la noche y le gusta el deporte...es el presidente que merecemos los argentinos”, dijo en 2001, cuando además se definió como: “Menemista hasta las muelas”.
En Córdoba, mientras fue estudiante de Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba formó parte de los planteles de fútbol de San Lorenzo y también en el de básquet. Jugó en General Paz Juniors, club de que se declaraba hincha en nuestra ciudad.
Ya siendo presidente se mostraba siempre jugando al tenis, básquet, fútbol. También practicaba boxeo y aprendió a jugar al golf. Con relación a este último deporte varias veces visitó Las Delicias y el Jockey Club Córdoba mostrando su talento en las canchas de los countries.