Ovacionada, Simone Biles volvió con todo a los Juegos Olímpicos
Con un ejercicio de barra soberbio, precedida por una ovación atronadora en el céntrico estadio cerrado de París-Bercy, la estadounidense Simone Biles regresó este domingo al escenario olímpico tres años después de sufrir en Tokio 2020 una crisis que la llevó a abandonar la competición y a alejarse de los gimnasios durante dos años.
Tras la actuación de sus compañeras Jordan Chiles, Hezly Rivera y Sunisa Lee, la considerada mejor gimnasta de todos los tiempos se acercó concentrada a la barra, hizo sus marcas de referencia con la tiza y se sentó en la colchoneta a esperar su turno.
Con el dorsal 391, vestida con un maillot negro con destellos de plata, Biles entró al aparato y no tuvo ni una duda en todo el ejercicio.
Clavó las piruetas, enlazó los elementos con seguridad e hizo una salida perfecta, con doble mortal hacia atrás. Sonrió al subir los brazos y se fue corriendo a abrazar a su entrenadora, Cecile Landi, que saltaba de alegría.
Biles inició su jornada en la viga. Dominio total con 14.733 puntos buenos para un segundo lugar detrás de la china Yaquin Zhou y un lugar en la final. A su regreso a la pista para la rutina de piso — a ritmo de Taylor Swift — titubeó brevemente. Sin embargo, el resultado fue el mismo 14.600 unidades y un pase para la siguiente semana.
Biles sumó 15.300 puntos en el salto, casi una unidad completa por encima de su más cercana competidora, su compatriota Jade Carey (14.433). Fue su último aparato, las barras, donde demostró que después de todo es un ser humano. Un ser humano que encabeza el ranking del all-around luego de dos subdivisiones.