Riachuelo rompe los parámetros de lo que normalmente puede ser la suerte de un equipo debutante.

Pagar derecho de piso ante el potencial rival, padecer algunos sinsabores desde los resultados y hasta tener un considerable período de adaptación, son situaciones que habitualmente podría tener cualquiera que esté haciendo sus primeros pasos en la máxima categoría.

Pero existe un pequeño grupo que es la excepción a la regla y en este apartado se sitúan equipos como Riachuelo. Los riojanos incluso ya no sorprenden, llegaron para pisar fuerte en la elite y lo demuestran cada noche.

Hoy no fue la excepción, logrando un triunfo tan ajustado como clave, ante Atenas y por 71-67. Así, el sueño de clasificar al Final 8 del Súper 20 sigue latiendo con fuerza.

Ante el Griego era un duelo vital para sus aspiraciones de clasificarse a playoffs. Tenía que ganar para no complicar su camino y hasta meterle presión al resto, sobre todo a Olímpico, que en estos momentos está jugándose una parada clave también en el clásico santiagueño frente a Quimsa.

Sobre todo porque mañana los de Fabricio Salas se enfrentarán a los bandeños, y esta victoria los fortalece para jugar ese mano a mano. Mientras tanto Riachuelo va, juega bien, festeja y rompe esquemas. La historia frente a Atenas fue muy peleada, tan cambiante que nunca tuvo un claro dominador.

Arrancaron mejor los cordobeses, pero luego las defensas se elevaron y la tónica del partido varió. Porque los riojanos crecieron de atrás hacia adelante, eclipsaron el despliegue de su rival y le dieron alas a un Eric Flor que volvió a hacer de las suyas (20 puntos y 7 rebotes para el goleador del torneo) además de un Rodrigo Sánchez que sin dudas atraviesa su mejor momento personal desde que llegó a la elite (20 tantos también para el rosarino).

Todo esto conducido por Nico Paletta en la base, que volvió a tener un sólido juego (12 unidades, 5 rebotes y 4 asistencias).

Riachuelo ajustó tan bien la defensa desde el segundo cuarto que entre ese periodo y el tercero le permitió a Atenas anotar apenas 26 puntos, teniendo como referencia que los cordobeses habían convertido 27 apenas en el primero. Esa fue la fórmula que encaminó el éxito de los riojanos, que también contaron con una excelente labor de Espinoza debajo del aro (17 rebotes, 14 en defensa).

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Aún así, eso no significa que Atenas no haya tenido buenos momentos. De hecho llegó a ganarlo por 10 en algún pasaje, y estuvo arriba por 7 a poco más de tres minutos del final (67-60).

Fue el momento justo para quebrarlo, pero en la siguiente acción Leiva facturó un triple que le devolvió muchísima vida a Riachuelo y luego, con la verticalidad y la agresividad de dos factores como Paletta y Flor más la defensa de Espinoza, la historia terminó inclinándose hacia los riojanos.