Una jugada curiosa se dio en el Estadio Monumental de Guayaquil en el partido entre Ecuador y Bolivia por la 11° fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026. Pero además de la jugada, también llamó la atención que el árbitro argentino Nicolás Ramírez tuvo que recurrir a la asistencia de video para tomar una decisión ante una jugada tan alevosa.

Iban 19 minutos del primer tiempo cuando Pervis Estupiñán se filtró en el área a pura velocidad. Aprovechaba la cortina que Enner Valencia le había aplicado al defensor José Segredo y ya pisaba el área chica. Pero el zaguero central boliviano, desde el piso, le dio un manotazo a la pelota. Así, sin vergüenza y sin disimular la clara infracción. Pero Ramírez no la vio.

Los jugadores ecuatorianos salieron corriendo para advertirle al árbitro argentino lo que había pasado. Y Ramírez todavía se mantenía inmóvil esperando que llegara una voz salvadora en el audífono. Después de unos segundos, el llamado del VAR penetró en el oído del árbitro.

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Después de observar la jugada varias veces en el monitor del VAR -con una repetición alcanzaba para sancionar el penal- finalmente Nicolás Ramírez volvió al campo de juego y señaló el punto de penal. Le mostró la tarjeta roja a Sagredo y le explicó al arquero Guillermo Viscarra, el capitán de Bolivia, los motivos de la decisión.

Enner Valencia metió el 1-0 desde los doce pasos y dos minutos más tarde Gonzalo Plata aumentó la cuenta para el equipo de Sebastián Beccacece que encaminaba una victoria vital para acomodarse en la tabla.