Durante los 10 minutos que duró su discurso, Michael Jordan, el mejor basquetbolista de todos los tiempos, no paró de llorar. “Estoy agradecido de Vanessa y a la familia por la oportunidad de hablar de hablar de Kobe y de Gigi”, dijo, y las lágrimas comenzaron a rodar por el rostro de la leyenda de los Chicago Bulls, quien se definió como “amigo cercano” de Kobe Bryant, aunque enseguida aclaró: “pero más que amigo era mi pequeño hermano”.

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