(I Cant’t Get No) Satisfaction, de cumpleaños
El 6 de junio del 65 -o sea que mañana tendrá que haber torta y velitas- se editó un simple con el formidable de la banda inglesa de rock ultra-histórica, al punto que ya nadie discute que es la más grande del mundo. Aquí, el verdadero relato completo
La historia es bastante sencilla. El guitarrista Keith Richards, por entonces de 21 años, se despertó en su cama del hotel Fort Harrison en Clearwater, Florida, con un riff sonándole sin parar, y lo grabó. Al principio le pareció demasiado sencillo, después pensó que se parecía demasiado al arreglo de bronces de la canción soul Dancing in the Streets de Martha & The Vandellas, muy de moda por entonces, y recién cuando su principal socio creativo, Mick Jagger, que también tenía 21, hizo una buena letra para ese riff, empezó a considerar que ahí había una buena canción. Jagger la escribió en Chicago.
Los jóvenes ingleses gestaron así el mayor éxito del grupo que lideraban.
Lo grabaron poco después, el 13 de mayo de 1965 en los estudios RCA de Los Angeles, y se publicó enseguida después en los Estados Unidos, por el sello London Records, en el lado A de un single de London Records. En el lado B figuró The Under Assistant West Coast Promotion Man.
Fue puntualmente el 6 de junio de 1965, en pleno verano boreal. Mañana se cumplirán exactos 58 años de aquel día.
La banda no fue informada del hecho.
Así nació, hace mucho tiempo atrás, la crucial (I Can’t Get No) Satisfaction.
En ese momento la banda de Richards y Jagger, The Rolling Stones, estaba girando por los Estados Unidos por tercera vez.
Según comenta la leyenda, Jagger escribió la letra inspirado en una frase de la canción 30 days, del pionero del rock’n’roll Chuck Berry, editada en 1955, que dice I don't get no satisfaction from the judge.
Más allá de esa pequeña especulación, lo cierto es que la canción de los Stones resumió la rebeldía y la general decepción de los jóvenes de ese tiempo con el mundo que le tocaba vivir. Lo hacía con un cinismo y con una sensación de esperanza ciertamente sin par.
Y no fue un boom temporal. Su riff inicial, su melodía y su lírica son tan buenos, que pasaron los años y la banda siguió tocándola en los momentos finales de sus conciertos. Es más: quizá no exista un buen concierto de los Stones sin que, sobre el cierre, interpreten la canción.