Andrés Calamaro, el señor Rodríguez

Recuerdo que tenía una rosa en la mesita ratona, y que quiso que el detalle se viera en la entrevista para la televisión. Eso se puede ver hoy en el tape reencontrado.

Yo hacía en ese momento un programa que se llamaba Música urbana, no por premonición de que así se llamaría a la música hoy tan en boga, sino porque sostenía que las ciudades de distintos lugares del mundo habían sido testigos de la aparición de los mil géneros que tenía y tiene la música popular contemporánea.

Para ese ciclo lo entrevisté, y él nos citó en su residencia temporal en Buenos Aires, que era una suite de hotel Plaza Francia que sería, durante ese tiempo, su lugar predilecto en la ciudad. Su casa permanente estaba en Madrid.

Yo tenía ya en ese momento una larga relación con Andrés. Nos habíamos conocido en el arranque de Los Abuelos de la Nada, en 1981, y nos veíamos seguido, al punto que cuando apareció su primer disco solista, Hotel Calamaro, me regaló un ejemplar dedicado en el que se puede leer “viejo amigo”. Claro, era 1984 y todavía no teníamos la dimensión de los tiempos largos que hoy podemos tener, cuando los dos tenemos ya más de 60 años.

Por eso seguramente no fue tan difícil conseguir la entrevista, aunque su banda Los Rodríguez estaban en un momento de altísima popularidad.

Qué tiempos aquellos. Entre otras cosas, tan lejanos. Recuerdo que Andrés me pidió que seamos puntuales porque quería terminar la tarde visitando a Diego Maradona, y hablamos bastante de él y de la amistad que habían llegado a tener.

En este tape completo, sin edición, se puede ver y escuchar al final que Andrés pregunta si mi hermano Guille, que era el productor del ciclo, iría con él, o no, a lo de Maradona. Y escucha que Guille responde que sí…