Antes de todo, Joaquín Sabina exiliado en Londres
Resulta que tal como dice la leyenda de su vida, el español, que es al lado de Joan Manuel Serrat de lo más grande que ha dado la poesía de la canción hispanoparlante, estuvo exiliado en Londres, en tiempos de Franco, antes de dedicarse a escribir canciones y cantarlas. Es que lo habían acusado de robar un banco y de andar tirando cócteles molotov detrás de barricadas. Una mañana en Disco Pi conté esa historia y pasé las grabaciones que hizo en esas horas, en un cassette. Hay canciones no propias, sorprendentes hoy, chilenas, argentinas y uruguayas, esa cinta que su familia le había mandado para tener noticias suyas…
La historia completa la conté en el programa de radio. Para conocerla, será necesario que la recorran; dura 46 minutos.
Aquí diré también que en ese tiempo de exiliado sin un peso, Sabina escribió mucho, y varios de esos escritos, en forma de poemas, fueron editados en un libro de poquísima circulación que se llama Memorias del exilio.
Allí dice, por ejemplo:
Sentarse en una mesa / coger papel y pluma / encender un cigarro /elegir al azar un libro del estante / acariciar con indolencia el lomo / recostar cuidadosamente la mejilla / en el dorso de la mano / el codo en el tablero / en actitud pensante / cagarse en las palabras / poner algo de Mozart a ver si echa la mano / recordar un domingo con sol tras los visillos / decir tres veces mierda / levantarse con furia / bajar las escaleras / abrir la puertecilla del retrete / arrojar el papel echo una bola / tratar de mear dentro / como exige el letrero en tres idiomas / decir amén jesús / abotonarse.
Escribió y cantó.
En aquel tiempo, y después también -es altamente probable que ahora no-, Sabina tenía una clarísima posición de izquierda en lo ideológico.
Por eso canta las canciones que están en ese cassette que presenté en el especial de radio que aquí publico.
Después de aquella aventura en tierra inglesa, donde, tal como lo conté en la radio, alguna vez llegó a cantar como un artista de restaurant frente a George Harrison, un ex beatle, y qué beatle, Sabina volvió a España en 1977 y un año después publicó Inventario, su primer disco, comenzando así una carrera que hoy está en sus últimos tramos, tal cual lo deslizó en su reciente y exitoso paso por Córdoba.
Los días y las noches instalado en una bohemia buhardilla inglesa han quedado, para él, definitivamente enterrados en el pasado.
Joaquín Sabina tiene hoy 74 años.