Café Tacvba, más que cuatro caras bonitas
El autor de esta nota siempre dijo que los dos grandes grupos de rock de Latinomérica son Soda Stereo y el de los mexicanos. Por eso, la importancia que hoy le da a este rescate: una entrevista con los integrantes de la banda en 1994 cuando visitaron Buenos Aires luego de la edición del importante álbum “Re” que produjo Gustavo Santaolalla
Era 1994. Los Café Tacvba acababan de lanzar su segundo disco, Re, y con esa excusa bajaron a Buenos Aires.
Tuve el gusto de entrevistar a los cuatro integrantes del grupo en la calle, en una esquina de San Telmo, a metros del Centro Cultural Venezuela 3.30 que por entonces dirigía.
El reportaje fue para la primera temporada del programa Música urbana que a finales del año ganaría el premio Martín Fierro.
La banda está activa, aunque tuvo un momento de inacción, y mantiene a su principal formación original: Rubén Albarrán, principal cantante y gran personaje de los cien nombres, Emmanuel del Real, Joselo Rangel y Enrique Rangel Arroyo.
Al decir de los mexicanos y de los muchos seguidores de la banda de todo el mundo, los cuatro son Rubén, Emmanuel, Joselo y Quique.
Más en virtud de la importancia que tuvo en la realización de la obra de la banda en los 90 y luego en su disco del 2017, Jai Beibi, hasta ahora el más reciente de su producción, podría considerarse al productor argentino Gustavo Santaolalla como el quinto tacvba.
Si bien tiene ya más de 30 años de actividad, la producción discográfica del grupo es relativamente escasa: apenas supera la decena de trabajos.
De todas formas, no se puede decir que sus integrantes han estado inactivos ni mucho menos. Es intensa su performance como protagonistas, productores o gestores de distintos proyectos, así como grupalmente, ahora que son definitivamente clásicos y llevan ya dos películas documentales sobre su camino.
Tuve la oportunidad de ver al grupo en acción a fines de los 90 y nuevamente hace algunos años, en México, y su imán ante el público sigue intacto.
Posiblemente sea justicia decir que Re del 94 y el siguiente Avalancha de éxitos del 96 fueron discos claves en la masividad de la banda. Pero no fueron menos importantes el doble Revés/Yo soy de 1999 o el notable Sino de 2017.
En vivo o en estudios, en aventuras experimentales o en trenes menos arriesgados, los Tacvba siempre han sido valientes y han sabido desmarcarse de los caminos conservadores de los nombres exitosos. Es de lo más notable que ha dado el continente, sin dudas.