Celia Cruz, desde la otra orilla
El autor mantuvo varios contactos con la gran cantante cubana que murió hace 20 años, en 2003, cuando tenía 77 (su edad fue un secreto guardado por ella, coqueta, bajo siete llaves). La vio varias veces en Buenos Aires, y una vez, en vísperas de su primera actuación masiva en la Argentina, la llamó a su casa estadounidense. En esa charla hablaron de todo. De política también. Era una furiosa anticastrista. Esta grabación, que sirve para conocer cuál era la postura de la entrevistada, es la que aquí se rescata
La admiraba mucho. Qué gran artista que era. Y tuve la fortuna de estar con ella varias veces.
Alguna vez acompañé su paseo por Buenos Aires, cuando estaba de vacaciones y venía al sur de América a disfrutar de un anonimato que en otros lados de Latinoamérica no tenía.
Me mandó postales desde todo el mundo. Solía actuar en distintos lugares del planeta y siempre mantenía amable contacto con quienes consideraba cercanos.
Incluso conocí personalmente a su amigo, el productor Jerry Masucci, dueño del sello Fania con el que ella llegó a ser una superestrella mundial.
Todos sabíamos de su radical postura política. Cuando triunfó la revolución cubana, ella dejó su país y luego de un tiempo en México, se instaló en los Estados Unidos. Y sobre ese tema hablábamos cada que que nos veíamos.
-Usted me siempre me pone a hablar de política, se quejaba. Pero hablaba, no dejaba nada sin decir.
Una vez, en vísperas de su primera actuación importante en Buenos Aires, que se concretaría en Obras Sanitarias, la llamé a su casa en los Estados Unidos. Y charlamos de todo.