El adiós de Carlos Gardel
Todos sabemos -especialmente, los argentinos- que el 24 de junio de 1935 se desplomó en Medellín el avión que lo llevaba de gira y que en ese accidente murió. Pero pocos o nadie recuerda que el día anterior, hace hoy 88 años, cantó por última vez. Esta nota rescata ese momento
La última actuación de Carlos Gardel -dicho de otra forma, la despedida para siempre del más grande cantante que dio la Argentina- fue el 23 de junio de 1935 y no en un teatro sino por radio. Fue en La Voz de la Victor de Bogotá, delante de un reducido y selecto público presente en el auditorio, y para cientos de personas que estaban en la calle, en la plaza de Bolívar, centro histórico de la ciudad, siguiendo la transmisión en directo en las puertas de la emisora, y para otras miles que, en distintos lugares de ese país, escuchaban la transmisión.
El Zorzal argentino, superestrella de la canción popular por sus exitosas actuaciones en el películas producidas en los Estados Unidos por la empresa Paramount, había sido contratado hacía poco por el sello discográfico RCA Victor, también norteamericano, el del logo con el perrito y el gramófono, y estaba en plena gira promocional. Había pasado por Puerto Rico y Venezuela, y después de presentarse en Colombia, iría a Panamá, Cuba y México.
A Bogotá había llegado el viernes 14 de junio y desde ese momento actuó todas las noches de esa semana en salas de la cadena Colombia, con las que la RCA había firmado un trato comercial. Los reportes históricos dicen, con elegancia, que la empresa dueña de las salas tenía, con la discográfica, un “convenio de exclusividad”.
No eran conciertos convencionales. El público veía una película suya, obvio, y luego aparecía Gardel en persona, para interpretar algunos temas.
En su despedida de Bogotá, el domingo 23 de junio, Gardel cantó cuatro temas por radio. Fueron Cuesta abajo, Insomnio, El carretero y No te engañes corazón, y luego pronunció unas palabras.
Osvaldo y Julián Barsky señalan, en su muy bien documentado libro Gardel: la biografía, que el cantante dijo puntualmente:
-Antes de cantar mi última canción, quiero decir que he sentido grandes emociones en Colombia. Gracias por tanta amabilidad. Encuentro en las sonrisas de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto para mí. Me voy con la impresión de quedarme dentro del corazón de los bogotanos. Voy a ver a mi vieja pronto. No sé si volveré, porque el hombre propone y Dios dispone. Pero es tal el encanto de esta tierra que me recibió y me despide como si fuera su hijo propio, que no puedo decirles adiós, sino hasta siempre.
Esta última frase obviamente es considerada, por los fanáticos, como una gran premonición.
Después de decir esto, Gardel cantó Tomo y obligo, y se cerró el programa.
Momentos después, el cantante subió al avión que lo llevaría a Cali.
Después de un tramo relativamente corto de 400 kilómetros -algo como de Buenos Aires a Pergamino-, hizo una escala en Medellín. Y al despegar de ese lugar, el lunes 24, tuvo el accidente en el que murió.
Tenía 45 años.