Parece un cuento con moraleja que le da la razón a la sospechosa teoría del karma: todo aquello que negás o hacés, en un momento te vuelve…

Charly García desarmó Sui Generis en 1975, básicamente por deseos de extender sus horizontes artísticos más allá de lo que podían ver los humanos “normales” pero tuvo tiempo de avisarlo.

Entonces su productor Jorge Alvarez armó la puesta en escena con todo -grabación en vivo, más película en 35 mm.- y en el escenario más impactante del momento, el Luna Park, y la movida quedó en la historia: el Adiós Sui Generis saben -sabemos- todos fue el 5 de setiembre del 75, ante 30 mil personas que colmaron dos funciones del estadio el mismo día.

Dicho en términos actuales: el relato se instaló y nadie lo discute.

Siete años después, en el comienzo de 1982, Charly García despidió su grupo de ese momento, Seru Giran, en otra cúspide de popularidad personal y colectiva, pero no tuvo tiempo de avisarlo a nadie ni, la verdad, entendió bien qué pasaba.

Hasta se podría decir que la noticia le cayó encima y lo tomó por sorpresa: el cuarteto se disolvió porque uno de sus integrantes -no los centrales, Lebon y él, sino uno de los dos restantes, Pedro Aznar- decidió ampliar sus horizontes artísticos y anunció que se marcharía a estudiar a los Estados Unidos.

Por eso su productor Daniel Grinbank no tuvo tiempo de armar la escena del adiós. Sólo llegó a grabar en vivo ese show.

Y ese concierto, que hoy sabemos que fue el final, fue en Obras… en el marco de los “festejos” del carnaval.

Tengo un volante de ese momento, que aquí figura en la imagen de apertura de esta nota, que certifica y deja claro esto: allí se anuncian los tres shows de carnaval -léase conciertos de rutina- que programaba la oficina de Daniel Grinbank, que poco después se llamaría Rock & Pop.

El primero, el sábado 20 de febrero, reuniría a dos nombres de bastante convocatoria en ese momento, Raúl Porchetto y Dulces 16 y a Virus, por entonces un grupo emergente que estaba dando sus primeros pasos. Luego el segundo, el sábado 27, con León Gieco y Nito Mestre, ya consagradas figuras que solían compartir escenario. Y el tercero, el sábado posterior, el 6 de marzo, con Seru Giran.

Se repite: eran shows de carnaval. No una despedida con pañuelos gratis para el llanto del adiós.

Seru Giran estaba en el número uno de popularidad con su disco Peperina, de producción independiente, venía de llenar un par de Coliseo en el final del año anterior, y de actuar delante de miles de personas en La Rural unos meses antes, con entrada libre.

Pero de aquel Obras de marzo del 82 no quedó más que un disco grabado en vivo, y luego muy retocado en los estudios, casi como el Let it Be de Los Beatles que terminó de maquillar Phil Spector -lo que dio lugar, años después, al Let it Be Naked que hizo Paul sobre las cintas originales-; y una película no se hizo.

Posiblemente porque no estaba Jorge Alvarez, más rápido que ligero para hacer buenos negocios, o tal vez porque no estaba tan seguro de que Seru Giran no seguiría sin Pedro: recién después se supo que había ese concierto de carnaval había sido el fin.

Entrada para el concierto de Obras, marzo de 1982. Foto: Archivo de Víctor Pintos
Entrada para el concierto de Obras, marzo de 1982. Foto: Archivo de Víctor Pintos

Las fechas de ese momento lo dejan todo muy claro: en febrero Mercedes Sosa regresó a cantar en la Argentina; días después, en el comienzo de marzo, Seru Giran hizo su último show; y en el arranque de abril, el gobierno militar embarcó al país en la guerra de Malvinas.

Fue un verano movidito.

SEMINARE (Restaurada en 4K), En vivo, 1982 - SERÚ GIRÁN