En la ruta 76, a la altura de Olavarría, poco antes de la Villa Alfredo Fortabat, Ricardo Iorio paraba en una estación de servicio para comprar un whisky de miel que era explosivo, según confesión del propio consumidor.

Así que conocía bien el lugar donde podíamos encontrarnos.

El lugar era camino a su casa en el campo, en Coronel Suárez.

El legendario músico que ayer murió -qué sorpresa más ingrata- tenía una buena relación conmigo, lejana pero buena. Basada en coincidencias musicales y en el respeto mutuo a pesar de las diferencias ideológicas, y así fue que juntos anduvimos kilómetros por los caminos bonaerenses.

Hoy quiero publicar aquí un registro completo, sin cortes ni edición de una de esas charlas en el auto. Lo hago al solo efecto de que se lo conozca un poco más sin la presencia de las cámaras de televisión que tanto lo usaron para conseguir buenas mediciones.

Advertirán quienes escuchen completo este audio que al comienzo Iorio me muestra el disco con versiones suyas de clásico del rock argentino que acababa de hacer, y que en un momento detuvo su auto para conocer un monumento histórico que testimonia el orgullo de los originarios bonaerenses.

En la ruta con Ricardo Iorio
Mariposas de Madera