Ezequiel Borra: ermitaño online, de La Granja
Está por publicar un disco, "La cantimplora", pero ya se fue. Volverá quién sabe cuándo porque, aún siendo un cancionista de estas horas y exótico hasta el paroxismo, entiende que viajando se fortalece el corazón, tal como decía esa canción, que es añeja. Este flaco porteño de larga barba eligió La Granja para vivir, en las Sierras Chicas, así que también es cordobés. Y lo son sus nuevas canciones.
Ezequiel Borra, declarado fan de Facundo Cabral, hizo un disco bailable. Pero no marcado por la síncopa simplista del reggaetón, hoy tan exitosa y mañana quién sabe, ni por los loops de la nueva música urbana, trap y hip hop, sino ordenado -es una forma de decir, claro- por la cinturas cimbreantes que encontró en otros verdes, durante sus viajes. En sus nuevas canciones hay Colombia, hay Bolivia y hay mucho Pacífico. También Africa, aunque por allá no anduvo, pero lo parece.
La cantimplora aparecerá, completo, el viernes de la semana que viene. Borra ya hizo unos adelantos en las redes, tal como lo indican estas horas, y ahora hará público el disco completo. Es un punto más de una saga que él y poca gente más entiende, que arranca en Usted está aquí, uno de sus trabajos anteriores.
Este nuevo trabajo, que va a aparecer, es el noveno de su camino profesional que ya lleva 18 años y el primero genuinamente cordobés: Borra se radicó en las Sierras Chicas en 2020, horas antes de que se decretara el aislamiento por la pandemia. Y acá se quedó. Primero como alojado en casa de su compañero de ruta Adrián Berra y ahora en su casa, que está en La Granja, y a la que se llega después de unas cuadras -de tierra, por supuesto-, al dejar la autopista E-53 que pasa por Ascochinga, en medio de una arboleda inolvidable, y llega a Jesús María.
Hay muchas colaboraciones de gente amiga en el disco. Hizo Cielo clarito con Muerdo y Sofía Viola, Por fuera y por dentro con Pedro Pastor, Destino trocado en portugués con Lola Membrillo, que es la mitad de Perotá Chingó, Para adelante con las dos Perotá, Al oírla cantar con Alex Serra, Mirará con el percusionista senegalés Moussa Dieng, Los de la terraza con el colectivo colombiano Sonidos enraizados, y hasta sumó un sampler del Cuchi Leguizamón en La cumbia del velorio.
Ezequiel hace sus canciones y sus discos, su workshop Taller de DesComposición por donde va y también a distancia, y viaja por donde toca o al revés. Vive a pocos minutos de la capital de Córdoba, porque en este lugar encontró el verde y el silencio que soñaba, y acá encontró el rótulo que lo identifica y que le puso un amigo: es un ermitaño online.