Hernán Gamboa, alma de la música de Venezuela
El autor de esta serie de notas repara hoy en un gran músico, primera figura de la música latinoamericana, algo desconocido popularmente aquí pero ciertamente trascendente en el sonido continental. A este gran artista lo conoció cuando éste se había encontrado con el más importante charanguista de todos los tiempos, el argentino Jaime Torres, y juntos habían grabado un disco
La música venezolana tuvo, en los 60 y los 70, un tiempo de auge en el sonido latinoamericano, gracias al entusiasmo que tuvieron por ella grandes figuras del sur continental, provenientes de Chile, Argentina y Uruguay.
Se ligaba el sueño de un futuro mejor con ese sonido, picante y sincopado. Y claro. Era así.
La banda sonora de esas horas era, entre otros, de la agrupación Serenata Guayanesa.
Allí estaba Hernán Gamboa, ejecutante del cuatro.
Qué bien tocaba Hernán. Con cuánta técnica, con cuánto sentimiento.
Después, cuando pisaba los 40 y era solista, bajó a Buenos Aires. Y casi naturalmente se cruzó con Jaime Torres, el gran maestro del charango. Juntos hicieron un disco delicioso, el primero suyo fuera de su país.
Años más tarde, los dos hicieron un trío con Lucho González, peruano, guitarrista, e hicieron un memorable concierto llamado Cuerdas de América.
En aquel trance, Hernán me firmó un ejemplar del vinilo.
Puso que ese trabajo que había compartido con Jaime estaba “hecho con profundo respeto y amor por nuestra América”. Era así, sin dudas.
Años después, unos amigos produjeron un dvd que registrase el memorable encuentro de Jaime, Hernán y Lucho González, y me convocaron para que los entrevistara. Eso hice y fue formidable para mí. Espero que para ellos también.
Hernán sufrió mucho la muerte de su compañera María y poco después, en 2016, falleció en Buenos Aires. Tenía 69 años.
Sus restos descansan hoy en Venezuela.