Joni Mitchell, una mujer libre
Es una de las artesanas de canciones más maravillosas que hemos conocido. Y es pintora. Y además de haber demostrado qué lejos puede llegar una chica decidida, es dueña de una inteligencia y de un talento formidables. Nació en Canadá el 7 de noviembre del 43, y ahí está, celebrando la vida
Se llama Roberta, como la hijita de mi amigo y vecino Adrián Berra, pero le dicen Joni.
Este martes cumplió 80 años y no importa que sea tarde para el onomástico justo: mejor es festejar que esta canadiense de Fort Macleod que hizo su gran camino en la Costa Oeste de los Estados Unidos, ya está en su año 81.
Joni Mitchell, autodenominada “una pintora que hizo canciones”, es una mujer inmensa que nos ha dejado una cantidad formidable de creaciones musicales y muchos cuadros también, cómo no decirlo, muchos de los cuales conocemos porque fueron la portada de discos suyos.
Y más allá de su talento y su brillo para escribir y cantar, luego de 60 años en la notoriedad, corresponde decir que ha demostrado ser una mujer libre.
Muy bella en su juventud -han pasado muchos años, a quién no le afecta el paso del tiempo-, enamoró a cuanto muchacho tuvo cerca y ella siempre fue fiel a su corazón.
Eso, en estos tiempos de marea verde y revolución femenina, es muchísmo. Ya se sabe.
Fue hermoso verla aparecer jovencita y sonriente, look casual, o sea para nada preparada para que su imagen fuese pública, en la película Rolling Thunder Revue que dirigió Martin Scorsese, sobre la alocada gira de Bob Dylan en mitad de los 70.
Allí Joni, en la casa de su amigo y colega canadiense Gordon Lightfoot, aparece mostrando su enorme canción Coyote. La acompañan, oh, Bob Dylan y Roger McGuinn de The Byrds.
En los tiempos recientes, Joni tuvo un patatús importante de salud y no sólo se recuperó sino que retornó a los escenarios, en un emotivo retorno en el Festival Folk de Newport.
Ese día se grabó en vivo el que hasta ahora es su disco más reciente.
Gracias a la vida, podría cantar.