Los Abalos, cuando todo era nada
Se formaron en un tiempo en que no había internet, claro, ni televisión. Y la radio era una extravagancia fuera de Buenos Aires, porque hacía relativamente poco que los locos se habían subido a la azotea. En esos días del siglo pasado comenzaron su camino y hoy son parte de lo más hermoso de la historia de la música popular del país
Fue en 1939 cuando se formó el conjunto, que fue de entrada un quinteto, y todos eran Abalos: Machingo, Adolfo, Roberto, Vitillo y Machaco. Según el documento, Napoleón Benjamín, Adolfo Armando, Roberto Wilson, Víctor Manuel y Marcelo Raúl.
Eran los tiempos de gloria del tango. El rock no existía. El twist tampoco. De folklore, nada. O casi nada.
Ellos son los principales responsables de que hoy todos conozcamos Nostalgias santiagueñas, De mis pagos, Agitando pañuelos, Zamba de los yuyos, Chakay manta y Chacarera del rancho. Escuchándolos en viejos discos, el país aprendió a bailar folklore. A dar unos pasos al menos. Cuando nadie imaginaba que una vez se enseñaría folklore en las escuelas.
La historia dice que fue en 1942 cuando consiguieron la primera gran notoriedad cuando aparecieron interpretando un carnavalito en la película La guerra gaucha. En blanco y negro, por supuesto.
En 1952 grabaron por primera vez. En un disco de pasta, obvio.
Después empujaron el boom del folklore. Y se convirtieron en clásicos.
No llegaron íntegros al nuevo siglo. Machaco murió en abril del 2000 y Roberto, en noviembre del 2001. El que siguió en pie más tiempo fue Vitillo, que en 2008 grabó un videoclip con Roger Waters, el principal compositor de Pink Floyd, para la canción que Waters había grabado con Gustavo Cerati, Pedro Aznar, Shakira y Eric Clapton.
En 2013 se dio a conocer una película documental sobre el legendario grupo.
Hoy se la puede ver en cine.ar.
Son 10 episodios para 10 canciones.