Todo aquello empezó, podríamos convenir, con el primer peronismo. 

Cuando la gente más humilde comenzó a tener una perspectiva de trabajo, en numerosa cantidad migró del interior a las grandes ciudades. 

Y trajo, claro, sus costumbres, su forma de hablar y su música. Todo eran añoranzas:

Cuando salí de Santiago todo el camino lloré.

Esos cabecitas negras dieron el sustento para que se produjera el llamado boom del folklore.

En la primera línea estuvieron los salteños, y entre ellos, Los Chalchaleros, que serían por más de cinco décadas, con formaciones distintas pero siempre con la presencia de Juan Carlos Saravia, números fuertes de popularidad y convocatoria.

Hoy esta nota es un pase a la nostalgia y al tiempo que ya no es.

Una radio. Foto: Redes

En aquellas horas de hace tanto tiempo, la radio recibía a esos artistas en sus auditorios y esas emisiones permitían al público una conexión directa con los músicos, como luego la televisión y hoy internet.

Era la magia de la radio, según se dice hoy.

Era magia, sí.

En el comienzo de este siglo, tuve la fortuna de trabajar con Juan Carlos Saravia, ya retirado de los escenarios, en el ordenamiento de los discos originales de Los Chalchaleros.

Los Chalchaleros. Fotos: Redes y Archivo de Víctor Pintos

En aquella encuentros, Saravia me contó mucho de aquellas noches de radio.