Luca Prodan, hace 36 años
Los allegados al rock, que hoy son muchos y de por lo menos un par de generaciones, saben qué importante fue. Pero mucha otra gente aún no lo desconoce. A pesar de que sobre su polémica figura se hicieron muchos trabajos, algunos muy flojitos, es cierto, pero otros muy buenos. Hubo libros y películas. Hoy, para recordarlo, esta serie elije escuchar sus divertidas y sobre todo sinceras opiniones sobre la música de este lugar del mundo, su país a fin de cuentas
Faltaban pocas horas para la Navidad del 1987. Había una galopante inflación, igual que ésta de hoy pero otra. Gobernaba Alfonsín, hacía ya un tiempo que se sabía que había concluido la primavera democrática, y el 22 llegó la terrible noticia que sentíamos que podía llegar en cualquier momento: Luca Prodan murió.
Fue hace hoy exactamente 36 años.
El lugar donde vivió, una casa comunitaria en Alsina al 400, en el barrio de Monserrat según algunos, en San Telmo según los que atienden más a los sentimientos que a la cartografía urbana, es actualmente un lugar de peregrinaje turístico.
Acuden a ese lugar quienes entienden quién fue Luca y quiénes no.
Lo hicieron un centro cultural, han dejado muchas pintadas en la puerta, hay un bar en la planta baja.
Luca se reiría mucho si se enterara que su modestísima casa es hoy un lugar turístico. Quizá lo sepa.
Sus restos descansan en el cementerio de Avellaneda, en una tumba que no es cualquiera. Alguien puso una tétrica cabeza pelada de un muñeco blanco, y le sumó anteojos negros. Además, alguien escribió Luca Not Dead, seguramente sin saber que esa frase en inglés, No ha muerto, saltaría del rock a los negocios (¿?), al punto de que existe una marca llamada AY Not Dead cuyo propietario es un ex conductor de Oca, el servicio de correos que fundó… Alfredo Yabrán. Así que las iniciales de la marca van más por el lado de Yabrán, cuya muerte aún hoy no se sabe si efectivamente se produjo, que por el lado de, digamos, Atahualpa Yupanqui.
Una buena forma de recordar a Luca, a 36 años de que dijera basta, es escuchar su voz.
Este testimonio ha sido replicado mucho en internet, a veces incompleto y casi siempre sin mención de la fuente.
Este es completo.
Pertenece, es justo citarlo, al registro que hizo el periodista mendocino Néstor Nardella, uno de los que tenía llegada a Luca, por lo cual le hizo la última entrevista poco antes de su muerte, en el final del 87.