Marcelo Simón: música, maestro
Tuvo un ACV hace unos días y ahora su vida pende de un hilo: los más realistas dicen que es el fin. Si esto fuera así, correspondería hablar en pasado. Pero ojalá que no, que siga alumbrando el camino por mucho tiempo. El señor, que tiene 83, es una guía para todos quienes, sin su sabiduría y sin tanto camino recorrido como él, nos acercamos a opinar sobre la música del país
Tuve el honor de estar cerca suyo varias veces. Como es un grande, me hizo sentir que uno no era un alumno sino un colega, pero eso, con todo respeto lo digo, el suyo me pareció un gesto de desacierto: nunca me creí un igual, siempre supe que él es el maestro.
Marcelo Simón, un grande. Como Miguel Grinberg para el mundo del rock y de la ecología.
Una vez lo visité en su casa, en las afueras de La Plata, para hacer una entrevista televisiva. Y cuando la charla destinada a ser pública terminó, nos quedamos caminando por el parque y hablando.
El señor siguió sin la formalidad de lo que saldría al aire, y opinó sincero como si la cámara no estuviera encendida.
Hablaba de cultura en el folklore, eso tan olvidado.
Hoy, como un homenaje a su integridad, quiero hacer público ese tramo de la conversación.
Marcelo Simón tiene una importante cantidad de distinciones, que seguramente citarán las notas de elogio en estas circunstancias tan difíciles por las que hoy tiene que pasar, que son las mismas por las que todos, inevitablemente, pasaremos.
Así que no hace falta enumerarlas.
A su lado tuvo hermosísimas parejas. Tampoco éste es el lugar donde se haga mención a eso.
Tiene historia, eso sí.
Estuvo en millones de lugares importantes, al lado de gente trascendente.
Es que él es trascendente.
Va mi abrazo.